Ligando bajo el fuego.

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NOTA: Soy un asco ligando xD, así que no supe bien como hacer este capítulo, además fue escrito bajo los efectos de "Glad you came", por algo les dejo el link UuU.

NOTA: Soy un asco ligando xD, así que no supe bien como hacer este capítulo, además fue escrito bajo los efectos de "Glad you came", por algo les dejo el link UuU

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Si había algo que agradecía al paso del tiempo era superar a mi princesa en altura. Podía ahora regresarle un poco de aquellas burlas que me había hecho. O vengarme de una mejor manera.

Iluminando nuestra noche, las llamas de una fogata resaltaban la belleza de Merida bajo la oscuridad, mientras sus ojos centelleaban como chispas de fuego

— ¿Crees que puedes ganarme en una carrera, princesa? —hablé con un poco de orgullo bajando mi mirada hacia ella.

Mi arquera frunció el ceño algo ruborizada. Punto para mi.

—No creo, lo sé.

Había respondido con la seguridad propia de la próxima gobernante de DunBroch. Bien, el juego aún no terminaba.

—Quizá tengas razón... —concedí observándola fijamente—. Cualquiera perdería hasta la razón al verte.

Oh sí. Noté como el rubor de Merida iba en aumento.

Subí mi mano hasta su mejilla izquierda y la acaricié. La sentía cálida, y no precisamente por el calor del fuego.

Sonrió con suficiencia, como si mis halagos no hicieran efecto en ella.

—Entonces deberías vendarte los ojos, ¿no crees?

— ¿Y perderme una vista maravillosa? No gracias.

Parecía una competencia, una muy reñida ya que mi pelirroja no cedía fácilmente ante mis trucos.

Ocupé uno de mis últimos recursos, o como diría Eugene, el truco que nunca falla para ningún chico.

La acorralé un poco contra un árbol. Se mostró ligeramente nerviosa y yo sonreí complacido.

—Además... —comencé a hablar acercándome sólo un poco, manteniendo la distancia entre los dos—. Me gusta admirar cada parte de ti.

Ya la tenía, juro que ya había caído. Pero Mer era a veces tan impredecible que sus contraataques, fuese la situación que fuese, daban en el blanco. Y el blanco era yo.

Mi princesa pecosa se mordió el labio inferior con una sonrisa, sabía como me mataba ese gesto.

Ella se mantuvo así por unos segundos mientras yo la veía como todo el imbécil que era. El marcador se había volteado a favor suyo.

— ¿Ah sí? —enredó un mechón de cabello en uno de sus dedos—. A mi no me desagrada lo que veo...

Posó otro de sus dedos sobre mi pecho, bajándolo lenta y tortuosamente, acariciando con la yema suavemente.

Me atrajo hacia ella tomando mi nuca con su mano derecha.

Comencé a sentir calor, debía ser la fogata.

—Hipo... —sentí su cálido aliento chocar contra mis labios y suspiré idiotizado, como si estuviera hechizándome. Cerré los ojos instintivamente, esperando ansioso sus labios sobre los míos.

Mi princesa colocó un dedo sobre mi boca y escapó con agilidad de mis brazos.

—Nos vemos en la carrera... —se despidió giñándome un ojo y mandándome un beso.

Suspiré frustrado, pero después sonreí.

Mer no cambiaba realmente, era indomable, pero eso era lo que me encantaba de ella. Y hasta ahora lo sigue haciendo.

Fuego Mágico [Mericcup Week]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora