Y una aprende ya que cuando se toca hondo al día siguiente toca relucir tanto como para que el sol te llegue a tener envidia. He estado tantas veces hundida que aprendí a respirar bajo el agua por que a veces, no te queda otra opción. Aprendí que no todos los carteles en los que ponen "exit" son la salida, que las apariencias engañan, las etiquetas que ponemos sobre las cosas o personas son equívocas en el 90% de los casos y si no que me lo digan a mi, bajo la apariencia de chica despreocupada y dura, simulando que me como el mundo todas las mañanas para desayunar, sin que en realidad nadie sepa que es el mundo quien me come a mi. Y que sigan todos sin percatarse de todo esto, que yo mientras seguiré aprendiendo a respirar bajo el agua, porque algún día se hundirá el universo por completo y tan solo yo sabré salir.