Quererte con las 24 letras o con los 8 días de la semana, con los 7 meses del año e incluso con las 12 horas del día, así, tan desordenadamente como eso, como yo, al revés del mundo y de nosotros mismos, rompiendo las mismas reglas que yo me implanté y superando los límites que me pusieron. Patas arriba, así es como solamente sé hacer las cosas, empezando desde el final. Pero que más da 8 letras que 24 o 12 meses que 7, que más da empezar la casa por el tejado si al fin y al cabo el orden de los factores no altera el amor que siento hacia ti. Y que se desordene el mundo por si solo, que yo ya me encargo de desordenar tu mente o las sábanas de tu cama. Jugaré a morder tus labios, a chocar mi lengua con la tuya y a pegar mi sonrisa en tu boca.
Te advierto porque quien avisa no es traidor,
así que voy a revolverte el pelo, las tripas y un poco de la vida.