»; Yukina

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Yukina alzó la mirada suplicante mientras aún apretaba su pecho

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Yukina alzó la mirada suplicante mientras aún apretaba su pecho. Los Mukami por su parte, miraron confundidos -y enojados- ante la propuesta del azabache.

–K-kino... ¿N-no confías en mí? –

–Lo siento, en este caso no puedo hacerlo. –

Los labios de la peli-coral temblaban.

–E-esta bien... –

–¡Y-YUKINA, N-NO LO HAGAS! – Ruki escupió sangre.

–¡Yo no soy Yukina! –

Kino fue hacia Yukina y ésta lo abrazo. Lo que sucedió a continuación... No hace falta decirlo, bajo la mirada horrorizada de los Mukami y de los Sakamaki que recién habían llegado.

Mi primer beso... –

Al momento de separarse Kino tenía una mirada confundida, mientras Yukina lo miraba con lágrimas en los ojos.

El azabache se levantó con dificultad y bajó su mirada. Centímetros más al lado del lugar donde estaba su corazón había una daga plateada incrustada.

–L-lo siento... –

Kino la sacó escupiendo un poco de sangre.

–T-tú... – El mayor cayó al suelo.

Los Sakamaki estaban sorprendidos y confundidos. Los Mukami auxiliaban a su hermano que estaba perdiendo demasiada sangre. Yukina seguía mirando a Kino con los ojos llorosos.

–K-kassandra... – Kino se arrastró por el suelo lo mas que pudo. Yukina entró en shock unos segundos, hasta que después salió corriendo temblorosa hacia Kino.

–¡KINO! ¿¡QUÉ SUCEDIÓ!? ¡Resiste, por favor! –

–¿Yukina? –dijo Subaru

–No... – Dijo Reiji

–K-kassandra... –

–¡Perdoname...! – La peli-coral sostuvo al azabache entre sus brazos.

–Kassandra... t-te amo... –

–Y-yo también te a- –

El aroma a sangre de Yukina recorrió las fosas nasales de los vampiros. Yukina tosió y tocó su pecho para después mirar su mano llena de sangre y caer al suelo junto a Kino.

El azabache le había clavado la daga mientras ésta lo tenía entre sus brazos.

–¡YUKINA! – Los Sakamaki corrieron hacia ella. Ayato sacó un frasco de sus bolsillos y vacío el contenido en la boca de Yukina, asegurándose que éste pasara por su garganta.



–Ayato, te lo dejo a ti. – Reiji se acomodó las gafas. – No puedes perderlo y mucho menos desperdiciarlo, ¿entendido?

Reiji le entregó a Ayato frasco con un líquido rosa adentro.

–¿Qué es esto? –

–Un antídoto como el que le dimos a Yui, pero éste es un poco más fuerte tomando en cuenta que ese tipo debió hacer algo para fortalecer a Kassandra. –explicó Reiji – Debes hacer que ella lo beba.

–Esta bien Reiji. El gran Ore-sama se encargará. –



–Q-que haces, idiota... – La peli-coral tosió tratando de expulsar aquél líquido pero era tarde, ya había llegado a su estómago.

Ambos clanes se limitaron a observar lo que sucedería.

Los párpados de Yukina se cerraron y se volvieron a abrir. Sus orbes habían vuelto a la normalidad, sin embargo estaba tan débil que no podía mantener sus ojos abiertos.

–¡Yukina! –gritó Laito - ¡Reiji, detenle el sangrado!

–¡Necesito llevarla a mi laboratorio! –

Subaru tomó delicadamente a Yukina y la cargó.

–¡Resiste un poco! –

–Subaru Oto-san... A-ayato... Laito... Shu... Reiji... – La menor escupió sangre. – K-kanato... Yuma... Kou... Azusa... R-ruki...

–¡No hables! –

–C-chi... cos... –

-¡YUKINA! –

–Gracias... p-por haber v-venido por mi... –

–Yukina... Por favor... –

–A p-pesar de no ser su h-hija... –

–Yukina... no... –

–G-gracias... –

–¡YUKINA! –

Yukina perdió la conciencia.

Los Sakamaki y Mukami estaban tan concentrados en ambos heridos que no se percataron que entre las sombras había alguien observándolos.

–Espero que no mueras. Quisiera matarte yo mismo... Komori Yukina. –

¿Quién es mi padre?【Diabolik Lovers】「Fin」

¿Quién es mi padre?。 ❘  Diabolik Lovers【Terminada】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora