¿Quién es mi padre?。 ❘ Diabolik Lovers【Terminada】

»; Sakamaki problems

Yukina miraba el techo de su nueva habitación. Ella sabía que ahí era dónde Yui había dormido en el pasado, porque podía percibir su olor en ella.

Y de cierta forma darse cuenta que su madre no era quien ella creía que era le revolvía el estómago.

El despertador sonó sacando de su trance a la peli-coral. Se había levantado antes de que el sonara.

–Cállate... Déjame dormir un poco más... –

Y calló. Pero a los pocos minutos volvió a sonar.

–... –

Y siguió emitiendo ese chillante sonido.

–¡Carajo, déjame dormir! – Yukina se las arregló para tomar el reloj sin tener que levantarse de la cama y lo aventó a la pared.

Últimamente se sentía mas irritada de lo normal en las mañanas, sin contar que aveces despertaba y por más que intentaba recordar lo que había soñado no lo lograba. Era como si no hubiera soñado nada. Pero ella sabía que lo había hecho.

–Es hora de levantarse Bitch-chan~ – Una ronroneante voz la sacó de sus pensamientos.

–¿Eh? –dijo –¿Laito...? ¿Que demonios haces aquí?

El Sakamaki estaba sentado en el borde de la cama, mirando fijamente a Yukina.

–Reiji me envió a levantarte~ –dijo sonriendo – Pero sabes... En el camino a tu habitación me dio muucha sed~

–Comete un snickers. –

–Dije sed no hambre -.-  – Dijo Laito

–Eh... Vienes de la cocina, pudiste haber tomado agua de ahí. –

–¿Qué te parece si mejor me dejas beber tu sangre~? –

–¿Qué tengo cara de vaso o qué? –

–¿...eh? –

–¡SI CREES QUE ESTOY FEA SÓLO DILO! –

–N-no... Yo solo... –

–LARGO DE AQUÍ –gritó Yukina

–O-ok – Laito se acercó a la puerta a paso apresurado y salió de la habitación.

–Ah... Lidiar con vampiros es muy complicado. –

Yukina suspiró y se acercó a su cajonera, de donde sacó un cambio de ropa.

Y justo cuando se quitó la playera quedándose en sostén, alguien irrumpió en su habitación.

–¡YUKINA, ¿POR QUÉ GRITASTE QUÉ TE HIZO EL PERVERTIDO?! – Aquella cabellera blanca casi destroza la puerta, y encima se encontró con una escena indeseada para él y la menor.

–¡AHHHHH! –

–¡¿Qué pasa aquí?! – Ayato también salió de la nada.

–¡FUERA DE AQUÍ! –dijo Yukina intentando cubrirse con lo más cercano -que era una sabana casi transparente- que encontró.

–Oe Subaru, pervertido –dijo Ayato ignorando las plegarias de Yukina.

–¡NO FUE MI CULPA! –se excusó el menor con cara roja cómo el cabello de Ayato.

–¡SALGAN AHORA! –

–Hacen mucho escándalo, ¿verdad Teddy? – Kanato... También llegó de la nada.

–¡¿ACASO NO SABEN LO QUE ES PRIVACIDAD?! –gritó Yukina

–Oe Kanato, fuera, Yukina se está cambiando. –dijo Ayato