[13] Una sonrisa para una persona. [13]

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Habían pasado dos meses ya desde que Tamara se fue a vivir con su nueva familia, tras su adaptación se había olvidado de mandarle cartas a su hermanita, ocasionando que esta dejase de sonreír. La pequeña ya no hablaba, sus esperanzas cayeron al ver niños irse, Lee había empezado a ser secundario en su vida vacía. La alegre y amigable Zahira comenzó a aislarse, a dejar su sonrisa, dejo sus amigos, come menos. ¿Por qué? Su única familia la volvió a dejar sola.

Narrador: Zahira.

Estaba en la oficina de la madre Lucila, desde que deje de ser inocente me llama a su oficina para platicar, pero se bien que es para que salga un poco del cuarto. Pero es que no quiero, ¿Qué sentido tiene? si lo único por lo que sonreía ya no estaba.

Cada día mis esperanzas decaían más, solo quería volver a tener cuatro, cuando recién llegaba, cuando tenia a Tamara para reanimar mi fe. ¿Pero qué caso tiene? No me llama, no me escribe, no me visita, al final era igual que mis padres, solo me veían como un obstáculo y cuando pudieron liberarse aprovecharon.

Estaba en lavadero cuando me sorprende la Hermana Elizabeth con su sonrisa.

_Hermana Elizabeth: Hola Zahi, Adivina qué, llego una carta de Tami._ Observe a la hermana unos segundos y fruncí el ceño.

_Zahira: ¿Y qué? Abra mandado por compromiso, ¿se acordó que es huérfana?_

_Hermana Elizabeth: Zahi no hables así._

_Zahira: Hermana pasaron dos meses, no le intereso, me dejo como mis padre biológicos. ¿Sabe por qué? Porque soy un desastre y Tami me lo confirmo olvidándose de mi, nadie me va a adoptar ni aún siendo la persona más dulce. Pueden irse todos al infierno._ Tomé la ropa y fui a tender la ropa húmeda, ya estaba lagrimeando, me dolía, pero era la verdad y por mas dura debía aceptarlo. intentaba ocultar las lagrimas pero me era difícil.

Narrador: Lee.

Estaba apoyado en el marco de la puerta trasera, veía a Zahira, hace ya dos meses no me hablaba pero esta vez sabía que era por Tamara y no por algo que haya echo yo. Me lastima verla así, pero me ignora, se enoja rápido y ya no habla con nadie.

_Madre Lucila: ¿También lo notas, eh?_ Dijo apoyando su mano en mi hombro.

_Lee: ¿Su cambio, su distancia, su tristeza? Si._ Observe a Zahi, estaba sentada en el piso jugueteando con el conejito.

_Madre Lucila: Lee.. ¿Puedo preguntarte algo?_ Asentí sin dejar de ver a Zahira._ ¿Te gusta Zahira?_ Enseguida sentí mi cara arder y la observe.

_Lee: ¿Q-qué? yo... Y-yo no... yo no lo sé..._

_Madre Lucila: Sabes algo Lee, los padres de Zahi dejaron un cuaderno explicando la razón del porqué la dejaban. Fue horrendo, ella sufrió mucho, incluso de muy bebé. Pero desde que llegaste mi niña se había metido en la cabeza hacerte sonreír, hacerte feliz, porque ella creyó que tu madre te dejo aquí porque no te quería, cuando en realidad fue porque no podía cuidarte. Ella siempre creyó que eran iguales, y vos la hiciste reír incluso más que Tami en el poco tiempo en que están juntos._

_Lee: ¿E-Enserio?_

_Madre Lucila: Si Lee, y por esa razón quería pedirte que hagas volver su sonrisa._

_Lee: Pero madre..._

_Madre Lucila: Por favor Lee, no quiero que siga sufriendo._

_Lee: Esta bien, lo intentaré, pero... Hay algo que debo contarle..._

Le conté cabizbaja a la Madre Lucila el secreto mio y de Zahira, le conté sobre la casa del árbol, me regaño, pero lo acepto, dijo que no diría nada total de que Zahi volviese a sonreír. Revolvió mi cabello y se fue.

Tome aire y fui donde Zahira, estaba hablando con el conejito.

_Zahira: Sabes, el otro día fui al bosque y me quede allí, necesitaba estar sola. Y encontré una conejita súper bella, quizás te encantaría conocerla._ Toqué su hombro con algo de temor a su rechazo. Se volteó y su sonrisa cambió a una expresión seria._ ¿Lee? ¿Qué sucede?_

_Lee: ¿Puedo acompañarte al bosque? Me gustaría conocer a la futura esposa de nuestra mascota._ Rió muy por lo bajo, me miro con una pequeña sonrisa.

_Zahira: Esta bien._ Sonrió, se levantó con el conejo en mano, tomo mi mano y corrió hacía el árbol.

Quizás la Madre Lucila tenía razón, quizás soy quién la hace reír con más facilidad, y es porque... de alguna u otra manera me duele verla triste, quizás solo porque ella me ayudo cuando llegué aquí.

Un 𝐀𝐦𝐨𝐫 De Niños. ©  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora