Mi ángel guardián

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Capitulo 1:

Esa era mi oportunidad, y no la podía perder.

Estuve en ese lugar por demasiado tiempo, ya no quería seguir viviendo así.

Hice que los dos gorilas que tenía como guardaespaldas me perdieran de vista. Aunque no eran unos guardaespaldas, porque su labor no era cuidarme, si no, evitar que escapara. Salí por la partera trasera de esa gran mansión y terminé escondiendo detrás de un basurero.

Vi que se acercaba el camión de basura, y aunque era una idea loca, no tenía otra opción. Vacié una de las bolsas de basura y me metí en ella, para depúes meterme al basurero.

Sentí el camión acercarse. Tomaron el basurero y lanzaron todas las bolsas de basura dentro el camión, y allí también estaba yo.

El olor era insoportable, y la razón era obvia. Pero a pesar de ello, después de mucho tiempo me sentía verdaderamente libre. No importaba que estuviera en una bolsa de basura dentro un camión, no estaba mas en esa mansión que para mi era una cárcel.

Fui vendida en un asta al que ofrece mas dinero ya que mi familia era pobre. Tenía dieciséis años cuando ese hombre me llevó a su casa. Dijo que no me tocaría hasta que cumpliera los diecinueve, y había cumplido su palabra. Me había educado en su casa, pero no era la clase de educación que yo hubiese deseado. Me estaba educando para ser su amante. Me cuidaba físicamente haciendo que me ejercitara continuamente y lo peor de todo, era que siempre estaba encerrada allí.

Habían mas chicas allí, pero a ninguna parecía molestarle llevar ese tipo de vida. ¿Estarían resignadas? ¿No tenían esperanzas de salir de allí? Yo jamas la perdí, porque a pesar de que para ellas esa era una vida tranquila, para mi era un calvario. Tenía muchas metas que quería cumplir.

El camión avanzaba, pero entonces sentí un golpe fuerte en la cabeza. Y me desmayé.

Me desperté algo desorientada. ¿Donde estaba? Era obvio que no me encontraba mas en el camión de basura. Abrí los ojos y miré a mi alrededor. Me asusté al ver que estaba en una sala elegante. ¿Me había encontrado? Me levanté sobresaltada y cuando estuve a punto de salir corriendo de allí, una voz me detuvo.

-Estas despierta. Eso es bueno.

Me giré hacia esa dulce voz, y me encontré con una hermosa sonrisa. Jamás había visto a un chico tan guapo, bueno, ¿como hacerlo cuando estuve encerrada alejada del mundo? Lo observé en silencio por varios segundos, cuando él volvió a hablar.

-No tienes a donde ir ¿verdad?.-preguntó preocupado-.

Asentí con un movimiento de cabeza, estaba nerviosa, era la primera vez que hablaba con un  chico tan guapo.

-Me llamo Jong In, pero puedes decirme Kai. ¿Tu como te llamas?

Tragué saliva, bajé mi mirada y comencé a jugar con mis manos nerviosa. 

-Me-me llamo Anna.

-¿Anna? Lindo nombre. Entonces, Anna, ¿tienes hambre?

La verdad moría de hambre, pero me avergonzaba decírselo.

-Puedes decirlo con confianza.-sonrió-.

-La verdad... si.

-Ven. También yo tengo hambre.

intentó tomar mi mano, pero la alejé en seguida. No es que le tuviera miedo, fue mas como un impulso.

-Lo siento. No era mi intención hacerte sentir incómoda.

¿Y se disculpaba? No era su culpa.

-No tienes que disculparte, es solo que...

Mis ojos se humedecieron, aun sentía miedo, no de él, de lo que pudo haberme pasado si no escapaba, y de lo que podría pasar si me encontraban.

-No llores, estas a salvo aquí. Yo te protegeré.

Nunca en mi vida había escuchado algo tan reconfortante. ¿Como con unas simples palabras podía hacerme sentir tan bien? Volvió a sonreírme y me guió hasta el comedor. La cena ya estaba servida y todo se veía exquisito. Sentía como si no hubiese visto comida desde hace semanas. 

Me senté frente a él, quien me sonrió y me indicó que podía comenzar a comer. Mm mm... todo estaba delicioso, tal vez lo sentí así ya que tenía hambre, pero de verdad estaba disfrutando de la comida. Estaba tan concentrada que no noté que Kai me miraba atentamente, solo lo hice cuando levanté mi mirada y me encontré con la suya, observándome atentamente y sonriendo.

-Parece que de verdad tenías hambre.-sonríe-. Te ves muy bonita mientras comes.

Sentí mis mejillas arder, y no soportaba que toda la atención estuviera sobre mi, por lo que decidí cambiar de tema.

-¿Como... como me encontraste?

Su semblante cambió. Se puso serio y bajó la mirada como si se estuviese reflexionando. Entonces me arrepentí de haberle hecho esa pregunta.

-Estaba regresando del trabajo cuando vi... vi una bolsa de basura moverse, como si una persona estuviera dentro, y en efecto... esa persona eras tu. Me sorprendí mucho cuando te vi, y temí que tu estuvieras... ya sabes. Decidí revisar tu pulso y me tranquilizó saber que estabas viva. No sabía si llamar a la policia o traerte conmigo. Por lo que decidí traerte. ¿Puedo preguntarte una cosa?

Sabía que era lo que me quería preguntar. Solo asentí y esperé por la pregunta.

-¿Porque estabas dentro de esa bolsa?

Sentí un escalofrío pasar por todo mi cuerpo. Las lagrimas comenzaron a descender por mis mejillas sin mi permiso.

-Oye, esta todo bien. Si no quieres decírmelo, no importa. 

Posó su mano sobre la mía y me miró con dulzura, su pulgar acariciaba mis nudillos y en sus labios se fomró una sonrisa tranquilizadora.

Él era como un ángel. Mi ángel guardían.

Don't say goodbyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora