Los hermanos Alicein

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Su casa era enorme, su padre solo de vez en cuando los visitaba, había algo en su mirada cada vez que los visitaba,como si ocultara algo...algo que ni él ni su hermano querían saber, su hermano mayor a pesar de que se la pasaba mayormente junto a él...comenzaba a disminuir por todas las veces que era arrastrado fuera por sus amigos.

"Me llevan, me llevan" gritaba la mayor parte del tiempo aunque no hacía nada para soltarse, Misono se sentía triste ¿Por qué él no tenía amigos? Una opresíon en su pecho le decia algo, una cosa que no podia comprender, como si eso ya lo hubiera tenido; si bien jamás salió de su jardín debido a su mala condición física, no podia alejar ese pensamiento, ahora estaba mejor, tanto que su padre le permitió asistir a una escuela lejos de su casa. Aún así, los amigos se sentían ajenos, como si aquellos que tuviera ahora se fueran a desvanecer...le daba miedo.

En pocas palabras, Misono era lo contrario a su hermano, él no tenía amigos que le obligaran a salir

Suspiro por quinta vez en esa hora, el profesor ya le había llamado la atención pero el simplemente podía ignorarlo, no era como si lo fueran a castigar, era el mejor de toda la escuela, incluso los maestros temían que ese chico fuera a corregirlos mientras hablaba.
Decidió prestar atención, justo ahora si pensaba en su hermano, podía decir sin lugar a dudas que en este momento estaba afuera con esos locos.

...

Mikuni era un hermano mayor ejemplar, amaba a su hermano y por el haría cualquier cosa, y sus amigos tenían ese conocimiento, ellos al igual que pocos humanos sabían la existencia de los Servamps, pero debían callar esa información con los "Amos" actualmente amnésicos, después de todo la amenaza del Servamp era algo que debían toma en cuenta...y más si el de la amenaza era alguien normalmente calmado y perezoso

Tsurugi Kamiya con actualmente 28 años era por mucho el más "cercano" a Mikuni, ambos estaban trastornados de diferentes maneras que les hacía casi iguales, algo que ambos negarian hasta la muerte.

—Bien, ahora ¿Para qué me querían con tanta urgencia?—

Miro aburrido a los tres chicos frente a él, nuevamente le habían llevado a su tienda de antigüedades alejándole de su adorado hermano

—Como que "¿para qué te necesitamos?" ¡Esta es tu estúpida tienda y siempre la dejas sola!—las quejas de Fausto le entraban por un oído y le salían por el otro

—Tu siempre entras a pesar de que cambio la cerradura ¿Eso no te transforma en un acosador?—Tsurugi tuvo que sujetar al loco científico antes de que experimentara con el rubio, balbuceando "¿Quién te acosaría?"— ¿Qué es eso detrás de ustedes?—pregunto un tanto aterrado, los tres hombres ingenuos miraron atrás, encontrándose con la puerta del local— ¡Nunca me atraparan con vida!—grito a la distancia Mikuni

Shuhei se acomodó sus lentes—Sabia que pasaría esto, por eso estuve preparado—alzo su mano mostrando una cuerda atada a su muñeca, al momento que la cuerda llego a su límite rasgo ligeramente su camisa de manga larga—Sabia que pasaría esto, por eso traje hilo y ajuga—mientras tanto Tsurugi se acercaba al rubio con sombrero de vaquero quien mordía la cuerda atada a su pie ¿Cómo es que no se dio cuenta?

—Si te suelto ¿Saldrás corriendo?—el rubio asintió dejando al pelinegro tieso—Pudiste haber mentido—susurro sorprendido, el rubio se encogió de hombros restándole importancia

—Misono está en la escuela a estas horas, no llegara hasta las 3:35, y Dodo está de vacaciones junto a Mitsuki, ya sabes...tenían que pedir su luna de miel—susurro lo último con un berrinche—Yo también quiero una luna de miel—

El mayor rio al tiempo que ayudaba al menor a levantarse, los otros dos ya se habían acercado

—Oye MikuMiku, déjame experimentar con tu cerebro—El de sombrero se ocultó tras los dos chicos azabaches

Memorias confusasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora