IV

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-No lo sé.- me miró. -¿Ya ordenaste tu cuarto?

-Eh...

-¿Y ya lavaste el baño?- continuó.

-Um...

-¿Lavaste trastes? ¿Hiciste tu tarea? ¿Trapeaste la sala?- agregó.

-Eh... Nop.- sonreí con nerviosismo. -Llegué hace una hora y media.- le recordé.

-O sea que tienes tiempo de salir, pero no de hacer las cosas.- se cruzó de brazos, notoriamente molesta.

-No, no...

-Además no lo has hecho en toda la semana, ¿Así quieres que te deje ir?- pues, sí.

-Agh... No.- refunfuñé.

-¿Entonces para qué me preguntas?- regresó a lo que estaba haciendo.

-Pero, mamá, ya le dije a Stuart que...

-¿Pues qué? ¿Te mandas sola?- volvió a mirarme con los brazos cruzados.

-No, pero...

-Pues a ver como te las arreglas, porque no vas a salir.- y dio por terminada la conversación.

Arrastré los pies hasta la sala y me mordí el labio inferior mientras miraba el teléfono.

-Y no agarres el teléfono.- dijo desde la cocina.

-¡Ah! ¿Qué? ¿Y cómo esperas que...

-Eso lo debiste haber pensado tú antes de decidir como si no tuvieras madre.

Me dirigí a mi cuarto y me senté en la cama, era un hecho, no iba a ir. Me estiré hasta agarrar mi mochila y saqué mi libreta de química dispuesta a hacer tarea.

-¡Estoy en casa!.- se escuchó la voz de mi padre proveniente de la sala.

-¡Bienvenido!- coreé a mi madre y hermana.

Escuché a alguien correr por el pasillo y asumí que era Raicheal.

-¿Ya no recibes a tu padre?

Miré al hombre que acababa de asomar por la puerta.

-Dije "Bienvenido"- le aclaré.

-¿Te bañaste?- cuestionó cuando me acomodé la toalla del cabello. Entorné los ojos hacia él.

-No.- alargué la "o" con sarcasmo. -De hecho es una especie alienígena come-cerebros que trata de hacerme su esclava mental.

-Payasa, te voy a castigar, eh.- amenazó como una broma.

-Ñeh.- me encogí de hombros.

-¿Huh~?- me miró confundido. -¿Te sientes bien?

-Sí.- seguí con mi tarea.

-¿No vas a salir con Stu?

-No.- suspiré. -Mamá no me dejó.

-¿Eh? ¿Por qué?

-Los deberes de la casa.- arrugué la nariz.

-Ah, entonces no tienes excusa.- afirmó.

-Agh, pero no es justo.- me quejé. -Raichele no hace nada aquí.- mascullé.

Luego de una charla sobre mi edad, la de mi hermana y mi supuesta madurez emocional, miró mi libreta.

-¿Estás haciendo tarea?

-Sí.

-¿Es mucha? ¿Cuánto te falta?- se sentó en la cama junto a mi.

-Algo, la mitad.- comprobé las hojas que llevaba resueltas.

-¿Crees que te de tiempo de terminar antes de que llegue Pot?- se interesó.

Miré el reloj y sentí ganas de gritar.

-No, quedan cinco minutos.- lo miré un poco molesta, si no me hubiera distraído, seguro hubiera terminado.

El hombre llevó una mano a su mentón y pareció pensar profundame por algunos segundos.

-Entonces tienes cinco minutos para alistarte, voy a hablar con tu madre.- dijo y salió del cuarto.

En serio a veces amo a ese hombre.

Me levanté de un salto mientras arrojaba la toalla a algún lado sin prestar demasiada atención. Solté varios quejidos mientras pasaba los dedos por entre mi enmarañado cabello, a veces creo que los leones lo tienen diez veces más manejable que el mío.

Me puse los viejos tenis que tuve que invocar desde las profundidades de debajo de mi cama, busqué un abrigo en las inmensidades de mi armario y traté de volver a arreglar mi cabello que volvía a enredarse.

Cuando estaba buscando mi reloj de pulso entre mis cajones repletos de papeles escolares, escuché el timbre y me sobresalté.

Corrí a la sala y miré discretamente desde el pasillo.

Mi padre abrió la puerta, un buena señal. Pero no alcancé a ver bien si de verdad era Stuart o algún vecino. Luego de un rato, por fin salí con mi amigo.

-Creí que tu padre me iba a interrogar todo el día.- comentó con una risa nerviosa. Yo comencé reír fuertemente.

-Yo creí que no iba a salir todo el mes, media hora de interrogatorio no es tan malo.- palmeé su hombro.

Caminamos por la ciudad hasta llegar al pequeño refugio, entramos y las trabajadoras de ahí nos recibieron cálidamente.

-Ya tenía tiempo que no nos visitaban.- comentó Louise, una chica de cabello castaño y piel marena.

-Pues ya ves, el instituto es una lata.- sonreí.

-Ah, vaya, así que muy estudiosos, ¿Eh?- se burló George. -Entonces, si no me traen una "A+" en su boleta este año, me voy a enojar mucho.

Todos reímos un poco con su comentario, tal vez no fue gracioso, pero lastimaríamos su orgullo.

-¿Han habido adopciones?- se interesó Stuart mientras tomaba una bolsa de croquetas.

-Eh... Sí, se llevaron a Coco y a Disher.- comentó Helen mientras acomodaba sus lentes.

-Ah, que gusto, ¿Y Momo?- ayudé a mi delgado amigo a servir el alimento en un plato.

-En su jaula, su patita ya está mejor.

Estuvimos ahí por unas dos horas, ayudando a limpiar, bañar bolas de pelos e intentar convencer personas de adoptar a esas mismas bolas de pelo.

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Wiii~!!!
Actualización, por fin!
Se que dije que lo haría ayer, pero se aburrirían si les explica :'v
Como sea, enjoy it y pues... Nos leemos luego, changuitas (Sé que lo notaron 7w7)

El Chico De Mis Sueños || 2-D Y Tú [GoRiLLaZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora