V

18.1K 2.1K 3K
                                    

La habitación permaneció en un completo silencio por unos largos, largos segundos.

— ¿Qué ocurre? —preguntó el arcángel, ya había parado de llorar. Luhan comenzó a relatar lo que le había contado Lay y Junmyeon lo escuchó atento, impresionándose por cada palabra. Todo parecía indicar que, efectivamente, él y Yixing habían sido novios cuando estaba vivo.

— Es de no creer. Extraño, todo es extraño.

— No es extraño, es solo una coincidencia.

— Increíble que hables con esa tranquilidad. —Rió levemente— ¿Y qué piensas hacer, Suho?

— Es que, ¿qué podría hacer? Nada, Luhan. No puedo hacer nada, porque él no puede verme. —Suspiró— Además... yo no soy como tú. Yo sí tenía que morirme aquél día, nadie cometió un error.

— ¿A qué te refieres con eso?

— A que mi tiempo en este mundo ya terminó, y no está bien que moleste a Yixing si no voy a volver, ¿entiendes el punto? No haré nada, será para peor.

— Podrías despedirte de él.

— No, Luhan. Será para peor.

— Bien, ya entendí. — bufó. — Pero cuídalo, Junmyeon.

— Lo haré. —Esbozó una media sonrisa— Y bien, ¿Cómo estás tú?

— Bien, bien. ¿Qué tal están las cosas allí arriba?

— Oh, cierto. Los arcángeles me pidieron que te diera las gracias de su parte. — Luhan lo observó confundido, alzando una ceja. — No, no sé por qué. Cuando pregunté simplemente dijeron "Pronto lo sabrá"

— Vaya, que raro. No esperaba que... ya sabes, sigan hablando de mí. Ya no soy un ángel.

Junmyeon se encogió de hombros y acto seguido se despidió del castaño, él cual después se encontraba aburrido y sin saber qué hacer. Observó en su ventana que el sol brillaba, dándole un poco en la cara. Era un día precioso y eso lo tentó a salir de su habitación y tocar la puerta de la de Sehun, este le abrió rápidamente.

— Sehun, es un día precioso. —soltó en un tono inocente— ¿Has visto?

— El jodido sol me estaba tocando las pelotas bastante, sí. —respondió. Luhan hizo una mueca.

— Oye, que boca sucia eres. ¿De casualidad estás de mal humor? Es una pena, con un día tan bonito...

— ¿Qué quieres, Luhan? —bufó y el aludido rodó los ojos. Efectivamente estaba de mal humor.

— Pensaba que tal vez podríamos dar un paseo. No te lo pediría viendo que estas con ese humor de perros, pero... no sé como volver aquí aún. —infló las mejillas.

— Está bien. —dijo, cambiando radicalmente su tono a uno menos gruñón y sorprendiendo al castaño.

— ¿Enserio? ¡Gracias, Sehun! ¡Aunque seas bipolar te quiero! — exclamó, sonriendo. Y luego se dio cuenta de lo que había dicho, sonrojándose violentamente y sintiéndose estúpido por ello ya que, joder, solo había dicho te quiero y en un tono de broma ¿Por qué se estaba sonrojando así?

— Ya vámonos, antes de que cambie de parecer. —contestó, dando un paso delante de Luhan, quien asintió muchas veces tratando también que al sacudir su cabeza se le fuera el sonrojo, y sonriendo.

Ya afuera, Sehun estaba dispuesto a ir hacia el coche, pero Luhan lo detuvo al hablar. — Es un paseo. No quiero ir en auto. —reprochó.

— ¿Y a donde quieres ir? —preguntó, enarcando una ceja.

El caso del ciervo » [HunHan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora