Capítulo 8

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—¿Qué hiciste qué?— exclamo Ale.
—Como oíste, hable con Aron y él va a hablar contigo, así que preparate— le dije.
—Te estrangularía si no estuviera temblando— me dijo ella. Yo le devolví una pequeña sonrisa.

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Durante todo el día no había visto a Jong y no quería preguntarle a Aron porque podría alimentar su boba idea de que mi seonbae-nim me gusta, cuando no es así.
Estaba esperando a Ale en la entrada, ya que ella estaba hablando con Aron. Pero me aburría y quería ir a la Iglesia, así que me decidí y le mande un mensaje.
Después camine a la Iglesia, hice la reverencia y me arrodille para realizar mi pequeña oración.
—Señorita— alguien se me acercó, yo levante mi mirada, era una mujer de avanzada edad—, ¿sabe a qué horas son las confesiones?
—No— respondí con una mueca de pena por no saber—, pero podemos ir a las oficinas a preguntar y si nos dicen que ahorita, aprovecho y me confieso yo también— sonreí.
—Me parece bien, gracias— agradeció la señora.
Yo me puse de pie y camine con ella para afuera, ya que la oficina estaba dando la vuelta a la Iglesia. Cuando pasamos por la puerta me dio la impresión de que alguien andaba por ahí, percibí el pequeño movimiento de alguien esconderse del otro lado de la puerta, pero decidí ignorarlo e ir con la señora a la oficina.
Al final nos dijeron que el sacerdote estaba desocupado y que podría confesarnos. La señora paso primero y cuando salio, nos despedimos. Luego pase yo y me confesé.
Al final, me dirigi a la parada del camión para tomar el autobús que iba a mi casa.
Observe a mi alrededor y note que todavía habían estudiantes. Luego note un olor desagradable a cigarrillo. «¿Quién está fumando?» me pregunte inspeccionando mi alrededor para descubrir a la persona, percibí que venia de dando vuelta en la esquina.
Fingí que iba a ir a una tienda que estaba dando la vuelta por esa esquina, eso porque sentía que era importante o algo así, el ver de quién se trataba.
—¿Seonbae-nim?— pregunte extrañada al reconocer a Jong recargado en la pared, él era quien fumaba. Tenía su mano izquierda en el  bolsillo.
—¿Qué quieres ahora?— me pregunto sin verme.
—¿Tú fumas?— pregunte sorprendida.
—¿No estas viendo?— pregunto obvio.
—Sí, pero...— simplemente no podía creer que él lo hiciera. El humo comenzó a irritar mi garganta y por más que trate contenerme, no pude evitar toser.
—Si te molesta, vete.

Jong

Había dejado también el fumar, pero ayer todo regreso a mí, ya no podía luchar contra todo esto.
Cuando _______ llego me sentí terrible por que me viera haciendo esto, pero la idea de que tal vez me dejara de buscar al decepcionarla de esta manera, me alentó en cierta forma.
—¿Por qué fumas?— me pregunto acercándose a mí— El cigarrillo te puede matar, Jong.
—Eso es lo que quiero— murmuré.
—Tira el cigarro, Jong y vamos a hablar, ¿te parece?
—Deja de llamarme por mi nombre— pedí—. Además yo no voy a hablar contigo.
—Seonbae-nim, por favor.
—Ay sí y si quieres tomamos un té y nos hacemos trencitas— resople sarcástico.
—¿Por qué...?—su semblante fue triste por unos instantes, pero en seguida agito la cabeza de un lado al otro y me miro con una sonrisa pura.
Sin esperarlo, ella me abrazo y por la sorpresa, mi cigarrillo se cayo al suelo y se apago.
Mis ojos estaban abiertos de par en par «¿Por qué me abraza? Alejala, Jong».
—_______— tartamude su nombre y me arrepentí de haberlo pronunciado porque sonó de esa manera. Solo coloque mis manos en sus hombros y la aparte de mí.
—Jong— pronunció mi nombre algo extrañada. Luego poso su mirada en mi mano izquierda— ¿Qué le sucedió a tu mano?— sujeto mi mano con la suya. Nuevamente cometí un error. «¿Por qué cometo otro error?» No puedo seguir así.
Pero no puedo evitarlo, no sé porqué no puedo hacerlo. Mi respiración se aceleraba y mi corazón también al sentir su tacto y calor, «¿Qué me esta pasando?».
—Suéltame— pedí apartando mi mano bruscamente, pero no me percate de que _______ sostenía el broche que sujetaba las vendas. Así que al apartar mi mano, ella jalo el broche junto con la venda, dejando mi muñeca expuesta.

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Solté la venda y lleve mis manos a mi boca. Él se había cortado y tenía muchas marcas de pasadas heridas, sólo una era reciente.
—Jong...— susurre con la voz entrecortada. Me dolía saber que él había hecho eso.
—Alejate y dejame— me dijo serio.
—No— dije inmediatamente yendo a abrazarlo nuevamente—. Insiste cuanto quieras, pero yo no lo haré.
—Que te vayas— exclamo empujándome— ¿Qué tengo que hacer para que te largues? Nada de lo que hagas puede hacer que yo sea tu amigo. No me interesa, entiende.
—Que no lo haré— repuse.
—No te quiero cerca de mí. Ya vete.
—¿Por qué? ¿Por qué alejas a todo mundo?
—Eso— inicio a decir— no te interesa.
Y se dio la vuelta para irse dejándome sola mientras lo miraba.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, él se hacía tanto daño, ¿Por qué? ¿Por qué lo hace? ¿Qué fue lo que sucedió para que haga eso?
Quisiera ayudarlo, pero él me aparta.
La lágrima recorrió mi mejilla y me di cuenta de que había roto la promesa con mi papá.
—Lo siento papá, espero me perdones— murmure mirando al cielo.

Sólo Sonríe -JR y Tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora