Capítulo III.

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-Ah mi cabeza... ¿Por qué me duele si no he bebido nada?

-Buenos días princesa. No había visto nunca a nadie beber tanto como tú anoche.

-¿Qué dices? Pablo los únicos que bebisteis anoche fuisteis tú y Alberto yo no.

-La absenta te pegó bien fuerte ¿no amor?

-¿Pero qué dices?

Íñigo se quitó el brazo de la cara y buscó sus gafas con su otra mano, no las encontró pero alguien se las dio y no era Pablo ni Alberto ni estaba en su casa.

-Pero qué... ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué ha pasado? ¿Dónde están Pablo y Alberto?

-Wow wow tranquilo cariño que te va a dar algo, estás en mi pub a gran escala.

-Deben de estar preocupados joder mi móvil ¿dónde está mi móvil?

-Cargando, se quedó sin batería, ¿de verdad no te acuerdas de nada?

-¡NO JODER NO SI ME ACORDASE NO ESTARÍA ASÍ! Ah mi cabeza...

Íñigo se echó las manos a la cabeza del dolor y el doble de Rajoy le trajo una pastilla y agua.

-Gracias...

-No hay de que, Ras ¿puedes ir limpiando? Ahora te ayudo.

Ras asintió y fue a limpiar el destrozo que había causado la gente la noche anterior.

-¿Ras?

-Oh sí Ras de Rasputín, le llamo así por llamarle de alguna forma, cuando vino no tenía ni cartera y hombre por el parecido es mejor llamarle así que llamarle Rajoy jajajaja.

-¿Y Cristo de dónde viene?

-Cristóbal... Es mejor Cristo, cariño.

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-¡JODER NO CONTESTA! La culpa es mía no debí de haberos llevado a ese estúpido sitio.

-Pablo cálmate estará en algún sitio, no se lo ha podido tragar la tierra.

-La culpa es mía joder soy gilipollas lo siento.

-Eh oye mírame - dijo Alberto cogiéndole la cara a Pablo con las dos manos- no ha sido culpa tuya ¿vale? Le encontraremos, tranquilo.

-Pero es verd- Alberto le calló con un beso con lengua y largo.

-Ya, vamos a buscarle, no puede estar muy lejos lo vamos a encontrar amor tranquilo.

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-Wow, 27 llamadas perdidas y 15 mensajes.

-¿Tu madre?

-No pero como si lo fuera, es Pablo.

-Se preocupa mucho.

-¿Por mí? Bastante.

-Por todo, ¿me estás mirando el culo?

-¿Qué? Yo... Eeerr... ¿No?

Cristo estaba limpiando los estantes del bar y se giró para mirar a Íñigo a la cara.

-¿Eso es una pregunta?

-Joder, vete a la mierda. No a ti no. Tranquilízate. Estoy en... ¿Cómo se llamaba este sitio otra vez?

-Je m'amuse.

-Pues eso, ahí. No lo sé. Pregunta que si pueden ir.

-Sí claro.

-Sí. Eh no seas así no has tenido la culpa de nada. Vale. Hasta ahora.

Je m'amuseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora