Capítulo II.

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Pasó la tarde volando y los tres se arreglaron para ir al pub que según internet llevaba más de un siglo cerrado. Pablo e Íñigo estaban en el baño terminando de arreglarse.

-¿Qué contraseña decimos?

-No lo sé supongo que lo que tenga que ver con el sonido y la música, ¿no?

-El silencio.

-Sí, ¿crees que significa algo?

-Joder Pablo pareces un niño el día antes de navidad.

Pablo estaba lleno de dudas, ese pub misterioso había captado toda su atención. Alberto ya estaba arreglado, tampoco es que le interesara mucho pero no quería estar toda la noche solo en casa sin Pablo.

-A este paso cierran el pub, ¿queréis daros prisa?-gritó Alberto desde la puerta.

-Ya vamos- dijeron los dos a la vez.

Íñigo iba a coger el coche cuando Alberto le quitó las llaves del coche.

-¿Pero qué haces estas loco? No puedes conducir si estás borracho.

-No voy a beber.

-Beberás, además ¿qué más da? Un paseo no te hará daño Íñigo.

-Es de noche, tarde y no creo que nos vea nadie...-intervino Pablo agarrándole la mano a Alberto.

-Aún así es mejor prevenir que curar Pablo...

Llevaban la relación muy en secreto y Alberto no quería que saliera a la luz por los medios. Siempre meten las narices donde no les llaman y siempre están metiendo mierda sobre la gente, sobretodo Inda.

Habían llegado al callejón y ahí estaba el cartel de neón, brillando entre toda la oscuridad de aquel callejón sin salida. Sin salida, no exactamente, la puerta del pub estaba en medio de un muro alto, imposible de escalar ya que era seguramente de unos 30 o 40 metros de altura. Pablo aporreó la puerta y la reja se abrió, era la misma máscara de la noche anterior.

-¿Cuál es la música de la vida?

Íñigo respondió a la pregunta.

-El silencio.

Aquél hombre ignoró por completo a Íñigo y volvió a hacer la misma pregunta.

Pablo respondió.

-El silencio.

Desde la reja salía una música y parecía ser una versión muy diferente de Seven Nation Army. A Alberto le llamó la atención y sacó el móvil para hacer Shazam. El hombre hizo la misma pregunta por tercera vez.

Alberto respondió dudoso, las dos veces anteriores no hubo reacción de ningún tipo por parte del hombre con máscara.

-El silencio...

Tenían que responder los tres en orden y no habían acertado ni una vez, esas tres cartas eran la contraseña. El hombre hizo la misma pregunta.

-¿Cuál es la música de la vida?

Íñigo se puso a pensar y Alberto desesperadamente respondió a la pregunta, estaba poniéndole nervioso aquel hombre.

-Lo sabemos.

Hubo reacción por parte del hombre y repitió la pregunta con un tono distinto. Pablo respondió.

-El silencio.

El hombre volvió a reaccionar e hizo una pregunta distinta.

-¿La mayor ilusión de la vida?

Íñigo respondió.

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