A veces deseo poder expresar la inmensa cantidad de sentimientos que recorren mi cuerpo, pero hay algo que no me deja ser afectuosa, y una fuerza aún mayor me impide pedir auxilio cada vez que estoy como hoy, en el fondo de un lugar oscuro, siendo parte de las sombras.
Quiero poder hablar, romper el silencio, pero este es mas fuerte que la fuerza que aún me queda. Y no se que hacer, necesito de alguien que me guíe, alguien tan firme como un roble, que aún en la tormenta permanezca de pie a mi lado, pero no hay palabras saliendo de mis labios, y miento. Miento a todos y mentir es lo que más odio, lo único que me reconforta es el hecho de que sea siempre la misma mentira, me hace sentir que no estoy errando tanto, siempre una, siempre la misma, aquella fachada que invente hace tantos años cuando la tormenta se apoderó de mi vida, esa máscara que dice algo, y que oculta mucho, esa que no deja que las palabras salgan, y que las deja sumidas en silencio.