RETO 30 Días de Lexell

4 (25 JUL 2016)

4. Crea una historia de origen

Ludo era un caballo. Un caballo pinto, por lo que los demás animales de la granja le hacían burla diciendo que tal vez era una vaca que se ejercitaba demasiado.

Le habían hecho tantas veces ese comentario, que ya ni siquiera le importaba; aunque a veces si lo fastidiaban demasiado durante el día, para desquitarse un poco se la pasaba mugiendo hasta altas horas de la madrugada y nadie podía dormir.

Ludo sabía que no era una vaca, pero sentía que un caballo pinto estaba muy lejos de ser admirable. Cada año en la feria de la ciudad, Ludo jalaba el carro del granjero con su mejor cerdo para competir, y al llegar allá se fascinaba al mirar los enormes rocines que llevaban en su montura a los caballeros que participarían en las justas. Ninguno era pinto, no tenían siquiera una mancha grande: eran negros, blancos, castaños, pero aparte de las orejas o alguna marca en la frente, su pelaje era del mismo color.

Cada vez que se acercaba la feria, pasaba días pensando únicamente en que nunca sería como ellos.

-¡Nunca seré como ellos!- no pudo evitar reclamar una noche, mientras miraba desganado el heno que le habían traído como merienda.

-¿Cómo quienes?

Ludo se sorprendió al escuchar una voz desconocida. Miró a su alrededor buscando quién era.

-Soy yo.- Dijo una paloma asomando su cabeza desde una viga, y cuando echó a volar el caballo se sorprendió al mirarla acercarse. ¡Era una paloma pinta!

-¡Vaya!- exclamó la paloma –¡Qué cosas tiene la vida! ¡Nunca había visto un caballo como yo!

-Ni yo una paloma como tú.- agregó Ludo, sin dejar de asombrarse.

-Pero te preguntaba. ¿Nunca serás cómo quienes?

-Como los caballos de los Caballeros.- suspiró. –Soy totalmente diferente.

-Y si eres totalmente diferente, ¿qué tal si eres mejor?- preguntó la paloma y sin dar tiempo a nada más, alzó el vuelo y se alejó.

Ludo se quedó pensando en lo que la paloma le había dicho por muchas horas.

-Ella tiene razón, si no soy como ellos, es porque soy más que ellos. ¡Seré un Caballero! ¡Y todos los caballos querrán ser como yo!

Y así, Ludo abrió la puerta de su establo, ignorando las interrogantes de sus compañeros sobre a dónde iba, y qué pretendía hacer. No iba a escucharlos, podrían decirle algo que lo hiciera cambiar de opinión, estaba decidido.

Abandonó la granja trotando hacia el horizonte, bajo la luna y las estrellas, con su nueva misión: ser el primer Caballo Caballero.