Estaba a punto de contestarle a mi amiga, pero se escucharon unos gritos atrás nuestro.
Giré la cabeza, Justin estaba peleándose con un tipo, me paré y corrí para separarlos.
-¡Justin, para! ¡No vale la pena!-lo agarré del pecho y lo tiré para atrás, tenía una ceja partida y le sangraba-¿Tu camisa es nueva?-negó con la cabeza-Sácatela-me miró con el seño fruncido pero igual se la sacó.
Cuando se la saqué me di cuenta que su cuerpo había cambiado, y mucho. Estaba sexy. ¿Qué? No, Mariana, no. Concéntrate.
Justin me estaba tendiendo su camiseta, yo la agarré y se la apoyé en la ceja rota para que deje de sangrar, no funcionó mucho, así que lo arrastré hacía el río, mojé la camiseta y se la apoyé en la ceja nuevamente, dejo de sangrar y le di la camiseta.
-¿Por qué lo golpeaste?-el me miró, con su cara de triste y enfadado al mismo tiempo, sus ojos estaban apagados.
-Mi papá-vi una lagrima caer sobre su mejilla, hasta bajar por su pecho. Su padre murió cuando apenas teníamos 12 años, fue muy doloroso para él y para mi, por eso empezó a cambiar, se volvió frío.
Se dejó caer en la arena llorando, yo me senté a su lado y lo abracé, no por su cambio lo iba a dejar solo mientras sufría.
Miré a mi espalda, Ashley miraba preocupada, yo le hice una seña de “luego te cuento”, ella asintió y se puso a hablar con un chico.
-¿Quieres ir a casa?-asintió y se levantó lentamente, yo hice lo mismo.
Se puso la remera manchada con un poco de sangre, por suerte era negra y no se notaba mucho.
Condució hasta mi casa en silencio, sinceramente el silencio me estaba poniendo incomoda y de vez en cuando lo miraba de reojo.
Al llegar a mi casa, rodeo el auto y me abrió la puerta, yo le agradecí y caminé hasta la puerta, el me seguía pisándome los talones.
-Um, gracia por traerme, hasta mañana…-todavía estaba un poco conmocionada.
-Hasta mañana-acerqué mi cara para darle un beso en la mejilla, pero el corrió su cara y accidentalmente apoyé mis labios en los suyos, el los empezó a mover lentamente, a lo que yo me sorprendí pero le seguí el beso. Apoyé mis brazos en su cuello y el apoyó los suyos en mi cintura, nos separamos lentamente por falta de aire, y una sonrisa se asomó en mi cara.
-Hasta mañana-murmuré y entré a mi casa.
Ni mi mamá, ni mi papá estaban en casa, yo no tenía apetito, así que directamente fui a mi cuarto, me puse mi pijama de Bob Esponja, sí, estaba grande, pero que más da. Y me metí a la cama para poder dormir.
Di cómo 100 vueltas en la cama y no lograba dormirme, así que prendí la lámpara de la mesita, y fui a buscar un libro en las estanterías, elegí “Hush, hush” y aunque ya lo había leído mil veces seguía siendo mi libro favorito después de “Orgullo y Prejuicio”
Me desperté por el ruido de la alarma, con los ojos cerrados la apagué y me tapé con la manta hasta la cabeza, pero me acordé que había escuela…y me acordé de Justin y lo que paso ayer, y sonreí sin pensarlo.
Caminé hasta el baño y me metí a la ducha, al salir me cambie con un short con tachas, una remera con una sonrisa de colores y mis vans.
Bajé por las escaleras para desayunar y me encontré con mi mamá.
-Hola hija, ¿cómo dormiste? Por cierto, tu papá se fue a Londres por un mes esta mañana-dijo mientras servía el cereal en un bol.
-Hola ma, bien, ¿por qué papá se tuvo que ir a Londres?-pregunté mientras me servía un vaso de jugo de naranja recién exprimido
-Cosas del trabajo, no sé. Bueno, yo me voy a cambiar para ir a trabajar, te dejo-me dio un beso en la mejilla y subió escaleras arriba.
Yo seguí comiendo mi desayuno, al terminar lavé el bol y el vaso y subí escaleras arriba para buscar mi mochila, cuando tuve ya la mochila en mis manos sentí una bocina de un auto, me fije por la ventana y estaba Justin esperando abajo, mirando hacía mi ventana.
-¿¡Te llevo!?-gritó desde abajo, asentí con la cabeza y empecé a bajar las escaleras.
-¡Mamá, me lleva Justin, te quiero!-grité y abrí la puerta, al salir estaba Justin con una sonrisa en la cara, le devolví la sonrisa y fui a saludarlo, antes de que pudiera darle un beso en la mejilla él puso sus labios sobre los míos y le seguí el beso. Al terminar el beso, me agarro de la mano y me guió hacia el auto, me abrió la puerta y entré, a los segundos entró él y empezó a conducir hasta la escuela.
En el camino empezamos a recordar las cosas de cuando éramos niños, descubrí que el cambio fue gracias a la muerte del padre, y que sigue siendo el mismo chico de antes, con el que podes compartir miles de risas y bromas.
Al llegar a la escuela, Justin me abrió la puerta, debo admitir que el hecho de que todos nos miraran raro es incómodo.
-¿Qué mierda?-sentí que decía una voz conocida.