Capítulo 8: Mente confusa

356 51 8
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Querida Violet:

Me gustaría decirte esto en persona, pero me es difícil, así que le entregaré esta carta a Michael (no sin antes advertirle que no la lea) y le pediré que te la entregue por mí. Te preguntarás qué está pasándome, y no es nada malo, no te preocupes. Solo no quiero salir de casa por unos días, quiero estar con mi madre.

No podré ir a la cita que teníamos planeada. Lo siento, de verdad. Me hubiera gustado ir y sé que me habría divertido, pero... En fin, lo siento.

¿Sabes? En este momento estoy escuchando a Kiss y la canción me hace delirar. No en el sentido de oh-estoy-muy-drogado, porque sabes que esas cosas no me van. Más bien... siento que estoy y a la vez no estoy. Sé que estoy aquí, en mi cuarto, escribiendo estas mismas palabras que estás leyendo, pero a la vez es como si estuviera en un universo paralelo. Soy mi otro yo. El Thomas Lewinsky del otro mundo.

Es raro, aunque se siente bien.

Violet, has hecho algo en mí. Comenzaste siendo solo una chica a la cual molestar y ahora, ¡mírame!, escribiéndote una carta sin sentido. ¿Qué tienes de especial, Violet Florence? ¿Será ese extraño nombre? ¿O tal vez la curiosa forma en la que todo parece impresionarte?

En fin. No tomes esto como una carta de declaración (dudo que algún día haga una) porque en realidad no me gustas. Es decir, eres linda y toda la cosa, y tal vez me atraigas un poco, pero aún no he llegado contigo a ese término de "gustar". Solo sé que eres... diferente. Y eso me hace sonreír.

Cuídate mientras no estoy, Violet. Cuida a Liz y salúdala de mi parte. Ah, y trata de no golpear a Michael. Él podrá ser un idiota a veces, pero es un buen chico. Ha cambiado, Violet. Ve eso en él, así como Liz lo ha hecho.

Y otra cosa: deja que tu mejor amiga decida por sí misma. Sé que debes sentirse como una obligación protegerla de todos los grandes idiotas del mundo, y eso lo admiro de ti, pero ella ya es grande, Let. Liz sabe qué está bien y qué está mal. Al fin y al cabo, es su vida.

Tómate eso último con calma.

Con cariño,

Lewinsky


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Violet Florence y sus preguntas sobre la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora