Se subieron al auto de Bruno, Amanda no sabia exactamente a donde si iban, pero decidió no preguntar y que el la llevara donde el quisiera. El chico paro el auto, ella salió del este y se encontró con una gran casa, era enorme, parecía una mansión, aunque no lo fuera.
¿en donde estamos? – pregunto Amanda
es mi casa – respondió
La chica se sorprendió ¿era la casa de Bruno?, era preciosa. El abrió la puerta, Amanda entro y se volvió a quedar con la boca abierta, si por fuera la casa era preciosa, por dentro era un sueño, tenia un toque rustico sin quitarle lo elegante.
Siéntate – le ofreció Bruno– ¿quieres tomar algo? – pregunto, Amanda solo negó con la cabeza – bueno, espérame ahora vuelvo.
Ella espero alrededor de 10 minutos, veía la casa, era gigante, simplemente, hermosa.
Disculpa la demora – se excuso
no te preocupes – dijo - ¿te puedo preguntar algo? – Bruno asintió - ¿Por qué estas en nuestro colegio? – se notaba que tenia plata, y bueno nuestro colegio puede decirse que no es de niños ricos como aparentaba ser el.
¿a que te refieres?
bueno, nuestro colegio no es gente con el nivel económico que al parecer tu tienes – respondió
ah – parece que entendió – bueno lo que pasa es que antes de adquirir todo esto mi padre, era de una condición humilde y bueno por un negocio que le fue bien y bueno ya sabes el resto – explico
ah bueno y ¿Qué querías decirme?
Cierto – dijo – mira – le mostró una foto de una mujer, era preciosa, cuerpo envidiable, ojos verdes, no tenia ojeras, era de tez blanca, labios delgados, pestañas largar, nariz respingada. Simplemente esa mujer era preciosa
Es hermosa – dijo Amanda mirando la foto - ¿Quién es?
Ella es mi madre – ella lo miro asombrada
Bruno tu madre es preciosa.
era – dijo, Amanda lo miro extrañada – ahora mira esta foto – le mostró un foto, era la misma mujer pero mas delgada, se le podían notar sus huesos, su bello rostro ya no era el mismo, sus ojos, esos ojos verdes que trasmitían felicidad, ahora solo transmitían tristeza. Sus pómulos estaban chupados, esos lindos labios ya no eran los mismos. Ese bello ser ya no era el mismo, mas bien era una monstruo
Amanda - suspiro Bruno– mi madre fue anoréxica, y murió de eso, se lo doloroso que puede ser, sentir la presión, tratar de encajar en un mundo en donde piensas que no puedes encajar, pero debes de entender que hacer lo que haces esta mal.
Amanda no pudo soportar mas y empezó a derramar lagrimas, ¿ella también terminaría así como aquella bella mujer? El la abrazo, por alguna extraña razón Amanda se sintió bien en los brazos del hombre, pero no podía dejar lo que estaba haciendo, total ella no lo hacia por encajar en el mundo, sino lo hacia para desparecer de este mundo.
Bruno – dijo Amanda, mientras se soltaba de los brazos del chico – no sabes porque hago lo que hago, se que quiero lograr haciendo esto, y no necesito que sientas lastima por mi – seco sus lagrimas – mejor me voy – y así fue hasta la puerta
Espera – El la detuvo agarrándola del brazo – te llevo
no gracias- respondió ella
no seas terca
no soy terca, simplemente no quiero que las personas sientan lastima por mi – dijo molesta
no siento lastima, solo quiero llevarte -a Amanda no le quedo otra que acceder
Todo el camino fue silencio, Amanda solo veía la ventana y las gotas que caían, si estaba lloviendo.
gracias – dijo Amanda cuando bajo del auto
oye espera - Amanda volteo – solo quiero que sepas que yo nunca te he tenido lastima – la chica le mostró una sonrisa, cerro la puerta y entro a su casa.
Bruno la vio entrar y arranco el auto, se fue directo a su casa, a pensar, se sentía mal, por su culpa ella estaba así, el sabia que debía haber algo en ella, algo aparte de las constantes burlas por parte de ellos, que la haya hecho tomar esa opción y él lo iba a averiguar, la iba ayudar, la iba a sacar de ese problema. En definitiva, Amanda no iba a terminar como su madre.
Con ese pensamiento se fue a dormir, mañana empezaría su plan.
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Dᴇsᴛʀᴏʏɪɴɢ ᴍᴇ (Terminado)
Teen FictionFlash back ERES UNA GORDA OBESA - le gritaba uno SI LAS FEAS Y GORDAS COMO TU DEBERÍAN DESAPARECER - le gritaba otro. Toda la cafetería se burlaba, de los insultos que le mandaban a la pobre Amanda, quien solo los veía y empezaba a derramar lagrima...