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Sé que no es manera de iniciar una carta, sobre todo después del tiempo que llevamos sin escribirnos, sin embargo, es imperativo que lo sepas

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Sé que no es manera de iniciar una carta, sobre todo después del tiempo que llevamos sin escribirnos, sin embargo, es imperativo que lo sepas.
El archiduque y su esposa fueron asesinados.
Esperaba que las tensiones políticas se diluyeran con el tiempo, que se llegara a un consenso, que las aguas se calmaran, pero eso no va a ser posible.
Austria declarará la guerra a Serbia y es obligación del general encabezar a su ejército en el campo de batalla.
Redacto estas letras abrigado en la inmensidad de la noche, sin firma, sin nombres, como ha sido siempre, sobre todo ahora que los tiempos se vuelven más peligrosos esperando que llegue a ti lo más pronto posible y que sin poner objeción escuches mi consejo.
Por favor, toma un tren, un barco o lo que sea y vete lo más lejos posible. La guerra va a ser cruel y no habrá tregua hasta que alguno de los bandos quede destrozado.
Ruego a Dios porque no sea el nuestro.
Ruego porque esto se acabe pronto, aunque incluso para mí resulte una plegaria ridícula.
Al amanecer me subiré a un ferrocarril blindado y recorreré todo el camino lejos de ti. Justo hacia el lado contrario de donde espero que estés. Llevaré en mis manos un arma que matará a alguien sin piedad, a un hermano, a un hijo, a un padre. Iré sabiendo que voy a condenarme a mí mismo y tú no te mereces eso.
A diferencia de mí aun tienes esperanzas, aun puedes escapar a algún lugar lejano, sé que puedes y sé que quizás no es lo que deseas, pero por favor hazlo.
Nunca olvides que te amo.
Te amo más de lo que un hombre debería amar a otro hombre y por eso mismo te ruego que no me esperes.
Vete, busca un lugar donde estés a salvo, haz lo que mejor sabes hacer, guiar a la gente, háblales de dios como lo hiciste conmigo, protegerlos como solo tú sabes y yo los protegeré como yo sé.
No te aferres a mí, por favor, después de leer esta carta dame por muerto, abandona cualquier esperanza porque ese tren en el que voy a marcharme quizás nunca vuelva.
Sé que lo que te estoy pidiendo es duro, es egoísta, pero es lo mejor para todos porque si muero puede que no haya un cadáver que enterrar o la certeza de que realmente haya perdido la vida.
Son cosas que pasan durante las guerras, la gente es asesinada por montones, los cadáveres se apilan y los que viven sufren las consecuencias.
Sin embargo, no quiero eso para tí, quiero que me olvides, no quiero ser un mal recuerdo en tu vida, no quiero ser la incertidumbre con la que despiertes cada mañana.
Te amo y te amaré toda la vida, incluso después de la muerte, te amaré, aunque el tren no vuelva.

Esa clase de amor (Antología)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora