Nozomi no le volvió a hablar desde ese momento; entonces Ayato supo que en realidad sí habían terminado.
En sus clases, ella ni siquiera lo observaba de reojo para ver como se comportaba y regañarlo. En los recesos ya ni se acercaba a él para llevarlo a comer o caminar juntos como acostumbraban hacer los dos.
«Esto estanridículo... Soloesperoquenadieme vea»
— Ayato-kun, ¿qué haces? — Raito apareció a su lado. El menor lo miro con mala cara y luego miro a otro lado—, Ah~ ¿acaso estas espiando a Nozomi-chan~? ¿Entonces en verdad terminaron? — preguntó, como si estuviera interesado.
— Uhmp... —murmuró Ayato—, no te interesa.
— Si no me interesara no estaría preguntando~. — dijo Raito—, Entonces...¿Nozomi-chan esta disponible?
— Ni siquiera se te ocurra acercarte a ella, pervertido. — advirtió con la voz llena de enojo—, ni siquiera te atrevas a hablarle.
— Relaja esos celos, Ayato-kun~. — Raito rió nervioso —, está bien, no me acercaré a ella...Aunque deberías tener cuidado.
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— ¿Cuidado de qué? —preguntó el pelirrojo.
— Ahora mismo, Nozomi-chan esta hablando con ese Mukami. — farfulló.
Ayato asomó un poco su cabeza, y observó como era cierto; Nozomi se encontraba hablando tranquilamente -tan tranquila que lo enojaba más- con ese asqueroso Mukami.
Cuando dejo de espiarlos, se giró para decirle unas cuantas cosas a Raito; pero este ya no estaba.
Gruñó y volvió a asomar su cabeza. Su ceño se frunció al ver como Ruki le ponía una mano en su hombro y lo acariciaba con suavidad y lentitud. Rápidamente observo como las mejillas de Nozomi se pusieron un poco rojas.
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