Después de que Ayato se disculpará, él prácticamente estaba pegado a Nozomi; la acompañaba a estudiar, algunas veces estudiaba con ella y dormía con ella.
Ayato la miró de reojo y se paso la lengua por sus labios.
— Ayato, uhm...¿Quieres apartarte un poco? — le preguntó un poco incómoda Nozomi; ya que el pelirrojo estaba apegado a ella.
— ¿Sabes? He estado un poco sediento estos días...— murmuró Ayato.
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Nozomi dejo de leer y abrió mucho los ojos.
—Ayato...
— Si no te mueves no te dolerá. —comentó con tranquilidad.
Acercó su rostro al cuello de Nozomi mientras cerraba los ojos.
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Ayato escuchó cómo Nozomi se quejaba del dolor, pero no lo tomo en cuenta. No había bebido su sangre hace ya algunos días y no podía soportarlo más.
Él estuvo bebiendo su sangre bastantes minutos, hasta que escuchó como los latidos de Nozomi se volvían cada vez más lentos y más débiles.
«Uhm...yoquería seguir»
Cuando se separó, observó como Nozomi estaba pálida y respiraba un poco lento. Se pasó una mano por su rostro y desapareció de la habitación.
A los pocos segundos volvió a aparecer, pero esta vez con un cuchillo en su mano.
— ¿Qué vas hacer con eso? — le preguntó Nozomi un poco asustada.
— Te prometo que será muy rápido.
Nozomi abrió mucho los ojos al ver a Ayato encima de ella, y con la mano que él tenía le hacía un corte en su pierna izquierda.
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— ¿¡Qué crees que haces!? — le chilló ella.
— No he bebido hace ya algunos días, así que callate, por favor. — le pidió.
Ayato se detuvo un momento y observo su mano, que estaba literalmente llena de sangre.
No dudo ni un segundo en lamerla.
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— ¿Sabes otra cosa? Me gusta ver tu rostro lleno de sufrimiento...Yo diría que me excita... — hizo un ruido extraño con la garganta—, me encanta verte así...tan vulnerable...te ves muy apetitosa...
Nozomi se quedo en silencip mientras sentía que su corazón estaba apunto de salirse de su pecho.
— Pero no te asustes... — Ayato le acarició su rostro, manchándolo de su sangre—, hoy no pasará nada malo; te lo aseguró.
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