Capítulo 14

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—Sigue viva...—murmuró la poseedora del Byakugan para ella misma a pesar de estar sola—. ¡Sakura sigue viva!—gritó como si solo así pudiese creérselo. Dudó entre dar saltos de alegría o no, porque a pesar de eso, ella era una adulta e igualmente no se comportaba así, pero quería. Quería decirles a todos que aquella pelirosa, su amiga, seguía viva. En especial a Sarada. Entonces, Hinata imaginó cómo se tomaría Sarada la noticia.

Alegría.

Al fin esa Uchiha podría sentir alegría, e Hinata quería ver como sonreía después de mucho. Quería ser ella quien le diese la gran noticia. Cogió los pantalones de Sakura y de seguida observó los alrededores.

Mierda.

—Todo lo indica...—murmuró la Uzumaki ya quitándose la alegría que llevaba dentro—. Sakura ha sido secuestrada.

Corrió hacia donde estaban sus compañeros de misión—aunque más que compañeros, ya casi todos eran como familia—y decidió que ya había terminado el descanso. Ahora tenían que ir más deprisa, no hacer lo que Boruto propuso pero sí vivir al límite, con la justa energía.

***

Desgarrador.

Esa sería la palabra para describir los gritos insoportables de la Uchiha. Los dos miembros de aquello, Futto e Itachi podían soportarlo, pero el pobre peliblanco de Ren deseaba taparse los oídos o arrancárselos. La lástima es que necesitaba las manos para la transformación.

De nuevo sonó otro, más desgarrador que el anterior.

—¡S-Sarada-chan!—habló sin dejar de cometer su labor—. ¿T-Te encuentras bien?

La Uchiha no supo cómo reaccionar al escuchar la pregunta de Ren. Bien, ¿cómo responderle? "Vete a la mierda"... No, ¿qué tal un "no te importa"? Bufó. No importaba como lo viese, debía de admitir que Ren era su malvado favorito, con un sueño que quiere conseguir., ser Kiokage. Bien, había cosas que estaban mal, pero Sarada era fan de los sueños, y más, de los sueños por los que se luchan.

—¡No paréis!—gritó la Uchiha a la vez que gimió de dolor de nuevo—. Vamos, ¡terminad!

—Qué valiente—ironizó Itachi—, lo íbamos a hacer quieras o no.

—Baka, baka, baka—musitó la Uchiha.

Le seguía doliendo, sí. Al hacer el sello tres partes de chakra, de diferente color por lo visto, iban hacia ella como si cada hilo de chakra fuese una gran cuchilla. Pero, era una Uchiha. Debía de ser fuerte y tenía que demostrarlo. Además, ¿a qué tantos gritos? Ella ya se había acostumbrado a eso, al dolor, a la presión, a no ser libre...

Formó sus manos en un puño clavándose las uñas para así amortiguar algo del dolor. También cerró los ojos, la cual fue lo más inteligente que pudo hacer.




—¿Declara...ción?—preguntó la azabache a su madre pelirosa, quien ella sonrió.

—Sí. Una declaración hacia Boruto, cielo. Llevas años enamorada de él, ¿no vas a hace-

—No—interrumpió Sasuke. Sakura le echó una mirada algo asesina en cuanto este apareció por la puerta sin previo aviso.

—¡Sasuke! Reunión de chicas, vete.

Pero no hizo caso y se sentó entre la pelirosa y su hija, quien observaba como el SasuSaku era real, ambos hacían buena pareja, y la Uchiha, de alguna forma tenía algo de envidia. Ella esperaba algún día ser así con su esposo. No, corrección: Ella esperaba algún día ser así con Boruto.

Bad feelingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora