Capítulo 27

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Sarada apuntó con su espada a aquel rubio. Miró aquellos ojos azules que mostraban preocupación. ¿Quién era él? No quería saber su nombre, si no, el significado de su recuerdo. ¿Por qué ella se fijaba en aquellos ojos? ¿Por qué ella quería matarlo como si le hubiese hecho un tanto de daño?
¿Por qué aquel rubio imbécil la miraba como si anhelara algo con ella?

—Sarada-chan. Hoy volverás a Konoha.

La Uchiha no dudó ningún instante cuando comenzó a correr hacia aquel rubio con energía. Boruto hizo lo mismo. Debía de ahorrarse poder, debía de hacer que ella no muriera. ¿Pero cómo? ¡Uchiha Sarada lo estaba dando todo en la batalla!

Esquivó su patada con un rápido movimiento e intentó pegarla. Pero ella desapareció; era un clon. La verdadera estaba arriba, cayendo como un torbellino.
Boruto, con dificultad, se movió hacia la derecha.
La pequeña cuchilla había rozado la mejilla del Uzumaki provocando un fino hilo de sangre en él.

Sarada reaccionó a aquel color carmesí. Abrió los ojos.



—¡No lo toques!—gritó llorando, delante de un Uzumaki inconsciente—. ¡No te atrevas a tocarlo!—ella estaba desesperada. Habían perdido a Konohamaru y a Mitsuki y no podían hacerle frente a aquel enemigo.

Ambos estaban malheridos y ensangrentados, por eso ella quería protegerlo. ¡Lo prometió! Al menos, a sí misma.

—Niña idiota...

¿Qué haría? No le quedaba chakra. No le quedaban fuerzas.

Así que, mientras aquel enemigo corría hacia Boruto para terminar con su vida con un jutsu algo mortal si le daba en el corazón, Sarada corrió hacia el frente con las pocas fuerzas que tenía y se dejó hacer. Se dejó travesar por aquel jutsu en el hombro. Dejó que Boruto siguiera respirando mientras ella agonizaba de dolor.
Le protegió, usándose como escudo humano.

Un secreto que guardaría para ella misma.



¡No era tiempo para hundirse en sentimientos! La Uchiha siguió luchando cómo podía, centrándose en una misión; deshacerse de aquella molestia. Al ver que los movimientos de aquella espada no eran suficientes, probó con algo muy poderoso.

El chidori.

Cuando lo formó entre sus manos, corrió de forma recta hacia él con el estruendo de aquel sonido. Boruto se sorprendió; todos sabían que si no lo esquivabas estabas muerto.
Por eso, cuando logró impactarlo en su torso, él desapareció.

¡Otro clon!

Boruto apareció por debajo con una patada que logró alcanzar la espalda de la Uchiha.

Activó su sharingan; no volvería a cometer aquel error.

—¡Sarada-chan! ¡Lamento ser un idiota! ¡Pero... ahora que nuestros sentimientos son mutu-

—Cállate y pelea.

Sarada volvió a coger su espada y, con un movimiento como un tornado de viento, ella se dirigió a él.

De nuevo logró herirlo. Aquella vez, una herida más profunda en su brazo.

Boruto gimió de dolor.

Ella abrió sus ojos de nuevo.



Cuando abrió sus ojos ahí estaba. Solo podía escuchar cómo la voz de aquel rubio gemía de dolor.
Visualizó que se encontraba en el hospital junto a él.

Bad feelingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora