Capítulo 16

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—¡Bolt, no entres sin ningún pla-

El rubio no pudo lograr escuchar las palabras de Ino en cuanto entró sin apenas dudarlo en aquella torre que parecía algo desgastada. Sus piernas corrían al compás de los latidos agitados del corazón del Uzumaki, mientras, en su mente solo podía visualizar aquel rostro que tanto deseaba ver, que tanto deseaba pedir perdón. Sus pies pararon de forma inmediata, de forma seca, al ver lo que tenía delante.

Miles de puertas.

Intentó cerrar los ojos pero no podía ver a través de ella, por Kami-sama, él era hijo de Hinata y no contenía el Byakugan. Por un momento se sintió miserable. Los pasos de su madre aún no se escuchaban, así que, no quiso perder tiempo. Desesperadamente, siguió corriendo, abriendo cada puerta con un interior desconocido de golpe, con rabia, de forma feroz.

—¡Sarada-chan!—gritó, más asustado que nunca. Su corazón comenzó a latir de forma fuerte a la vez que sus pensamientos cada vez se inundaban más y más por el hecho de haberse enamorado de la Uchiha, aquella mujercita que deseaba con un anhelo impresionante, algo inexplicable—. ¡Por Kami-sama, Sarada-chan, contéstame!

Nadie contestó. El silencio se hizo con aquel pasillo que parecía interminable. El hecho de abrir puertas desesperadamente no le ayudaba nada, solo para caer en la tentación de explotar este sitio y hacer que Sarada salga. Una tontería, pues no quería hacerle daño a ella.

***

—¿Escuchaste algo, Sasuke...-kun?—preguntó la pelirosa animada mientras golpeaba de nuevo aquella puerta de acero—. Imposible, debe de tener un sello. Mi fuerza sobrehumana no vale nada.

—Entonces pensemos en algo—inquirió él mirando a su esposa. A paso lento se acercó hacia ella, donde, una vez en frente de aquella mujer de ojos esmeralda despampanantes, colocó su mano en la mejilla sonrojada de la chica, deslizando su dedo índice por ella—. S-Sakura.

—¿Qué haces Sasuke-kun? Esto es raro en ti, necesitamos rescatar a Sarada.

—Sakura—volvió a llamar el Uchiha deslizando sus manos por el cuerpo esbelto de Sakura hasta finalizar por aquellas manos tan pequeñas que sujetó con las suyas. Sakura elevó su mirada dudosa ante las acciones de su esposo.

—¿Sasu...ke-kun...?

—Juntemos nuestra fuerza, Sakura.

—¡Eso es obvio idi-

—No de esta forma—concluyó el Uchiha mirándola de una forma severa—. Sino, ser más fuertes.

—¿Cómo, Sasuke?

—Una forma para que tú hagas que Itachi entre en sí, que sepa que él es bueno, que sepa que él es un hermano mayor ejemplar para Sarada.

—¿Qué forma, Sasuke?—gruñó la muchacha. No le gustaba por dónde iba, más cuando a su esposo le temblaban las manos. Él era Uchiha Sasuke, el ninja más fuerte que ella jamás conoció, ¿qué le ocurría?—¡Sasuke!—volvió a gritar al ver que fue ignorada.

—¿Confías en mí, Sakura?

La Uchiha abrió sus ojos esmeraldas al escuchar esas palabras. En cuestión de segundos miles de lágrimas nublaron aquella mirada que Sasuke tanto anhelaba durante muchos meses, la comisura de los labios de Sakura se tornó una fea curva que desmotivaba nada más verla, tiritó sus labios, aguantando las ganas de gritar por el dolor que aquellas palabras le causaba.
No hacía falta escuchar por el Uchiha qué pensaba hacer o qué plan le iba a proponer, para Sakura, saber y entender a su esposo era demasiado fácil.
Pero aun así, no entendió por qué hacer algo así. Ellos eran suficiente fuertes para derrotar al hijo que ellos tuvieron juntos, ¿por qué hacer un sacrificio tan mayor cómo aquel?

Bad feelingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora