Naked on Bed.

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Su respiración agitada y su cabello húmedo debido al sudor hacen que sonría aún con mi respiración rápida y jadeante. Ladeó mi rostro un poco acercándolo a su mejilla ya que Zette tiene su frente apoyada en mi hombro. Llevó mi mano hasta su nuca y acarició sus suaves mechones mientras mis labios recorren el contorno de su mejilla con besos suaves, disfrutando del sabor salado que estas contienen. El sólo gruñe en forma de aprobación y muerde la piel de mi hombro suavemente, sabiendo que es uno de mis puntos débiles.

Un profundo suspiro sale de mis labios al recordar que en par de días el tendrá que marcharse de nuevo. Se que se escucha egoísta pero quisiera que se quedara. Nunca tengo suficiente de el. Nunca me canso de observarlo, discutir con el, o tan sólo pasar momentos de silencio a su lado. Sólo lo quiero junto a mi.

- Creo que no podré ir mañana al entrenamiento.

Mi rostro se gira automáticamente hacia sus ojos brillosos y mi ceño se frunce debido a lo que ha dicho. Pero no puedo negar que la emoción se despertó en mí pecho con la esperanza de que sea verdad.

Por lo tanto Zette me observa de forma expectante, y ya he captado su indirecta, ruedo los ojos y una pequeña sonrisa baila en mis comisuras. De verdad que el nunca va a cambiar. Golpeó su marcado pectoral pero es obvio que no le hago nada. En cambio el sólo toma mi mano y besa mis nudillos, el suave tacto de sus labios me da una sensación de tranquilidad y disfrutó de ello.

- Si me dices que puedo lograr dejarte exhausto para que mañana no vallas con gusto lo hago.

Una carcajada es la respuesta que obtengo por su parte mientras el se acomoda mejor sobre mi. Dejando caer su cuerpo contra el mio pero no del todo. Sus marcados antebrazos le sirven de apoyo para poder mantener nuestros pechos un poco separados. Zette roza su nariz con la mía y sus labios proyectan una sonrisa llena de picardía. Nuestros labios se rozan y yo intento besarlos. Pero el levanta su mentón sonriendo de nuevo.

-Claro que puedes. Todo tuyo.

Mis manos viajan a su nuca y no pierdo tiempo, tomó sus labios dejando toda la necesidad aflorar en mi. Increíble que hace tan sólo algunos minutos no podíamos ni respirar y ahora vamos de nuevo a por ello. Zette lleva una de sus manos a mi nuca para acercarme aún más a él si es posible mientras yo lo atrapó con mis piernas alrededor de su cintura, ya jadeante ante la expectativa. Nuestros labios se separan por algunos segundos y percibo su sonrisa  cuando lo siento en mi. Mis manos tiran de su cabello con fuerza y también sonrio ante el placer.

Pero creo que el exhausto no va a ser el, sino que voy a ser yo.

Besos.
Fe.

ZETTE +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora