Capítulo 5

13 2 1
                                    


-Despedidas-

─Mi niña se hará una Universitaria pronto ─le dijo orgullosa su madre.

Sarah se negó a escuchar lo que fuera de su madre una vez más, no quería saber a dónde le llevaría este verano, ni el siguiente. No quería conocer el nombre de esa nueva escuela o la nueva ciudad.

Porque cada pregunta obtenía una respuesta predeterminada, una respuesta cortante, aunque su madre insistiera en saber más.

─Mamá, no creo ser capaz de manejar más despedidas ─confesó.

─¿Qué hay de Max?

─Voy a terminar con él.

No importaba cuanto lo dijera su madre, era consciente de que no lo merecía, pero realmente ella creía que ninguno merecía esto. No le quedaba más que desear que todo fuese mejor para ambos, pero lejos uno del otro.

─Te arrepentirás después, Sarah.

─Lo sé.

Cada día podía menos, porque aunque dejó de hablar desde aquel día y las sesiones de piano fueron más extensas, él seguía ahí.
Por ello el último beso fue el más doloroso, por el simple hecho de llevar impresa con tinta invisible la palabra adiós.

─Yo... ─contestó aún cerca de sus labios─ ya no te quiero.

Y era verdad, ahora lo amaba tanto, lo amaba lo suficiente para dejarlo ir, aún si después se arrepintiera de ello, pero no podía decírselo. Su mente incluso dudaba sobre si esto sería lo correcto.

Max se separó de ella rápidamente, permaneció a su lado y miró a la nada, no podía entenderlo, todo parecía estar bien entre ellos y de repente ella decía que no le quería. Simplemente no podía lograr entender qué había hecho mal.
Sarah se levantó, dispuesta a irse, pero él la tomo del brazo y la obligó a mirarlo.

─Explícame eso ─le exigió.

─Yo... no sé cómo debo explicarlo, ¿Realmente puede explicarse? ─contestó sin mirarlo.

─Mírame a los ojos Sarah ─le pidió─. Dime que no es verdad ─ella lo miró después de unos minutos y tomó la mano de Max.

─Yo... quiero que terminemos.

Max soltó la mano de Sarah, no sabía que más decir, la amaba más que nada, no quería simplemente dejarla ir, pero no podía obligarla a que lo quisiera.

─¿Qué hice mal?, ¿Hay alguien más?

─¡No! ─negó rápidamente.

─No lo entiendo... ¿Qué fue todo esto entonces?

Ella no contestó y lo vio alejarse, aunque dijo que no lloraría, el dolor era demasiado y volvió a llorar mientras caminaba hacia la nada, porque tenía miedo. Ahora ya no sabía qué pasaría con su vida y tenía mucho miedo.

No se dio cuenta de que había comenzado a llover o de lo mojado que estaba su cuerpo ahora.

Sabía que le había hecho daño y quizá jamás olvidaría su mirada cuando se lo dijo, esa que le suplicaba que se quedara en silencio y que ella cubrió sus oídos para no escuchar.

Sintió como Max le abrazó por atrás, recargando su barbilla en su hombro, se encontraba igual de mojado y su cabello escurría sobre ella.

─No digas nada Sarah, solo permíteme tener un último beso y abrazarte. ¿Puedo hacerlo? Un beso y un abrazo, es lo último que pido.

Tú eres mi sueño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora