No tenia ni la menor idea de que escribir en mi ensayo, y lo peor de todo seria que tendría que ayudar a Javier con el suyo. Lo primero que había hecho al llegar a mi casa fue asegurarme de tener todas las ventanas y puertas cerradas, solo por precaución, ademas de lavarme las manos detalladamente con agua y jabón.
Luego de eso, en cada cosa que hacia no paraba de pensar en Diego, al cocinar, al comer, al navegar en Internet. Sus musculosos brazos, su piel blanca que me recordaba a la espuma de mar, sus ojos miel y su cabello cabello rubio apariencia en mi mente repentinamente cada vez que me distraía. Me pregunte varias veces si la razón de eso seria alguna fuerza sobrenatural que intentaba decirme que el estaba en peligro.
Pero no era así, lo llame un par de veces durante el día y el se encontraba perfectamente en el cumpleaños de su hermana Rosa. Me lamente varias veces de no estar allí con el, pero no era decisión mía. Simplemente no fui invitado, ¿o acaso si lo estaba?
Realmente no podía estar seguro si era Diego el que tomo la decisión de mi ausencia en aquella fiesta de cumpleaños, realmente tampoco podía saber si fue él el que tomo la decisión de cambiarse de clase este año, y yo solo era una molestia persiguiéndolo, aunque ciertamente el parecía estar bastante contento ya que habíamos quedado en la misma clase de nuevo, así que no me arrepiento de ello.
Diego es bastante cariñoso como amigo, es muy confiable, amable y se llevaba muy bien con las chicas. Y yo conocía a toda su familia, ya que eramos amigos desde los 9 años. Suele darme pequeñas demostraciones de afecto como la de hoy, cuando sus grandes manos palmaron mi espalda suavemente.
Últimamente solían ponerme nervioso aquellas demostraciones de afecto, sentía como mi corazón iba a explotar con cada rose de su cuerpo contra el mio, con cada una de sus sonrisas y con cada mirada que me dedicaba.
Pero ahí me encontraba yo, sin poder escribir mi ensayo, completamente aburrido y sin inspiración. Efectivamente ya había leído mucho sobre el tema pero no tenia idea de como empezar. Quizás debería esperar a hacerlo con Javier.
Y me encontré llamando por teléfono a mi amigo rubio por tercera vez en el dia.
—¿Qué hay? —pregunte animadamente.
—Aun no han picado la torta, suerte que hay bastante comida. —dijo aburrido.
—¿Te diviertes? —mi voz parecía haber cambiado en aquella pregunta.
—Hay muchas niñas pequeñas, y ninguna de mi edad. —hablo en un tono dramático —¿Crees que es divertido?
—Yo que se, no estoy ahí para evaluar la situación.
—Bien, como sea —hizo una pausa y pude escuchar su respiración bastante tranquila, a diferencia de la mía —Es la tercera vez que llamas en el día ¿seguro que estas bien?
—Si —mentí —. Solo que no puedo escribir el ensayo.
—Es para la próxima semana, no seas tan aplicado —rió Diego.
—¿Entonces que se supone que haga? Estoy aburrido.
—Come algo, o encuentra una novia.
—Iré a ver que encuentro en la nevera, adios.
—Hasta mañana.
Y las lágrimas empezaron a salir por si solas, como si estuvieran ahí desde hace mucho tiempo esperando alguna razón verdadera para llorar, ya que aparentemente las razones que yo les daba no eran suficientes. Hace algún tiempo, que cualquier cosa que hace Diego me enfurece, y estoy hablando de cosas como: Tardarse en responder los mensajes, no atender el teléfono, conocer nuevas personas, salir con otros amigos y sobre todo no tenerme en cuenta para algunas cosas.

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Sin permiso alguno (YAOI)
RomansaSipnosis: Andrés empieza a dudar sobre su orientación sexual, ya que cuando ve a su mejor amigo Diego su corazón no para de latir, dándose cuenta que podría llegar a ser Bisexual. Justo cuando Andrés empieza a darse cuenta de sus sentimientos, Die...