Capítulo 6.5.-

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Capítulo 6.5.-

Emily golpeaba potentemente y esquivaba ágilmente los golpes de aquel al que había llamado ‘Tracy’. Él reía de vez en vez, y otras ponía la cara más seria que ella había visto en toda su vida. El vestido comenzaba a molestarle.

-¿Qué pasa Mily? ¿Te estás cansado? –le preguntó él, con la respiración agitada y diversión.

Ella no le respondió, sólo se concentró en romper esa barrera que había hecho él para lograr inmovilizarlo.

-¿Podrías, -golpe-, quedarte, -golpe-, quieto? –expresó ella, comenzando a perder la paciencia.

Él soltó una carcajada y en un solo movimiento, apartó los brazos de ella y la sostuvo por el cuello desde la espalda con un brazo, y con el otro abrazándola como oso para evitar que lo volviera a golpear o que se zafase.

-¿Para que me des la paliza de mi vida? No lo creo.

Trató de salirse de su agarre, pero él sólo lo apretó más, provocando que ella soltara un quejido.

-¿Qué tal? He mejorado mucho, ¿no lo crees? –le preguntó él, emocionado como un niñito que está estrenando un juguete nuevo.

-Lo admitiré, no eres el mismo que antes –dijo ella, con una sonrisa mostrando sus dientes.

Él se quedó allí parado, contemplando embobado su sonrisa, bajando la guardia.

De un tirón salió de su prisión de músculos desarrollados, y agarrando el objeto más cercano que encontró, en este caso un bote de basura, lo golpeó en la cabeza.

Él cayó al suelo, y se sujetó la cabeza, soltando un gruñido.

-Pero de cierto modo, sigues siendo tú –le dijo ella, con una cálida sonrisa.

Él se sentó y se recargó en la pared. Dobló sus rodillas y recostó sus brazos sobre ellas. Miró hacia arriba, luego a Emily.

-Ven conmigo.

-No.

Se quedaron callados, luego…

-Huye conmigo.

-No.

-¿Por qué no?

-Porque…

Emily recordó a aquella persona.

-No puedo irme, aún no.

-¿Cuándo entonces, Emily? Si sigues con ese maldito demonio, créeme que algún día de estos morirás y a él le va a importar un comino. Tú mejor que nadie lo sabes, aquel día él demostró que no le importa nadie más que él mismo.

-Puede ser que él sólo se preocupe por sí mismo, y no lo culpo… Adrian, no conoces su pasado, no sabes lo que ha vivido.

-¿Y qué? Puede ser que él haya sufrido mucho pero no por eso tú lo tienes que hacer. Digo, sólo mírate Mily, -le dijo él, con dolor en su rostro-, ve en lo que te has convertido. En su protectora. De alguien como él… No, de ALGO como él.

Emily sonrió de lado con amargura.

-¿Quién lo llegaría a creer, no? Odio a su tipo de especie, sin embargo lo protejo.

Adrian se levantó de repente y la sujetó por los hombros.

-Mily, tenemos que irnos, tú y yo, ¿me entendiste? Nos iremos lejos de aquí, lejos de todo esto. Nadie tiene porque enterarse. Viviremos felices y plenos. ¿Sabes? A mí no me importa no estar legalmente casado, puedo pasar el resto de mi vida contigo si así lo deseas, pero por favor, por favor Emily, sólo escúchame esta vez, ¿de acuerdo? Si te quedas aquí, lo más probable es que no te vayas nunca, o que no vivas para poder ver y tener a nuestros hijos, ¿recuerdas? Jimmy y Lauren, ¡hasta les pusimos nombres!

Emily se había quedado callada, y por un segundo, Adrian pudo ver una chispa de dolor y arrepentimiento en su expresión, que fue rápidamente cubierta por una capa de hielo.

-Esas tonterías fueron dichas cuando éramos niños, no tienen validez ahora –vio como Adrian exhalaba pesadamente, y como el dolor y la tristeza tomaban el brillo alegre que sus ojos portaban hace unos segundos. Apartó sus manos de sus hombros y se dirigió a la puerta-, ahora vete, interrumpes mi trabajo.

Adrian le dio la espalda, con la cabeza baja. Emily tomó la manija de la puerta, la giró y abrió. Oyó como Adrian inhalaba profundamente y se ponía derecho. Dio media vuelta y se dirigió a ella, con rostro impasible, casi como el que ella llevaba en ese momento… Sólo que determinación y obstinación lo secundaban.

-No me rendiré, Mily. No me importá que obstáculos tenga que pasar por, te recuperaré… incluso si eso significa enfrentarme con tu señor –le dijo, escupiendo las últimas dos palabras.

Y una vez dicho eso, se retiró.

Emily cerró la puerta, y tranquila regresó a donde yacían las hojas con toda la información de Miranda. Apagó la impresora. Lentamente, su pechó comenzó a dolerle, la garganta se le cerraba y sollozos amenazaban con escapar de sus labios. Se recargó sobre la pared y se deslizó lentamente en ella hasta sentarse en el suelo. Las lágrimas cayeron sobre sus piernas.

-Hasta entonces, querido Adrian… -susurró.

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¿¡Quiubo!? >:D

Este no es un capítulo tal cual, es como la pequeña historia entre 'Mily' y 'Tracy' jaja. Mmm... ¿sería bueno llamarlo un bonus? Sí, eso :D

Entonces... ¿especie? ¿su tipo? ¿protectora? ¿ALGO? Okey, estaría más que fascinada con leer sus hermosas teorías, (de algo que en cierto modo puse muy obvio... si, bueno, perdón, ¿okay? No soy muy buena con esto del misterio >.<).

¡Y otra cosa! Tal vez en un par de capítulos profundice en esta chiqui-historia de la relación entre Emily y Adrian, que en cierto modo es un personaje importante. ¡Esperen impacientemente por eso!

Los quiere probablemente un poco-mucho,

                                                                                                  AOS.

P.d.: Por favor, por favorcito, PONGAN sus teorías :'( AOS quiere interactar con ustedes :'D Y aquí les dejo una foto de Mily.

Nuestra AgoníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora