Monster [Kaisoo/Fantasía]

2. No Todos Los Monstruos Son Malos

😈🐻

KyungSoo estaba aterrorizado, asustado, desesperado y nervioso. Pareciera que el pequeño niño pronto mojaría su pijama de Pororo que acababan de comprarle, abrazaba con todas sus pocas fuerzas el peluche de Rilakkuma que su amigo ChanYeol le regaló porque el alto estaba obsesionado con ese personaje y era buena idea darle uno a Soo ya que tenía de sobra. Junto a su Rilakkuma, lo acompañaba las sábanas en su intento de protegerse contra el armario que cada vez se abría más y más.

Kyungsoo tenía ganas de llorar y de gritar para que su madre viniera a su rescate y le creyera sobre la historia que JongDae le contó y que se suponía, era ridícula y falsa.
Por supuesto, la voz no le salía de lo aterrado que estaba, pero sí las lágrimas comenzaron a salir una tras otra con rapidez. Sus ojos, lo cual era lo único descubierto por las sábanas, miraba hacia el armario porque era inevitable no ver aquella fantasía ser realidad. Empezaba a susurrar y mojar las sábanas con sus lágrimas. Sus piernas al igual que su labio y sus brazos temblaban, sentía una corriente eléctrica por todo su cuerpo en un modo de alerta al temor.

— Kyung... Soo... — Una voz bastante inquietante, ronca y gruesa sonó en el armario, lo suficientemente claro para que Soo lo escuchara. Por su parte, éste empezó a llorar más fuerte haciendo ruidos bruscos como si fuese un bebé que acababan de quitarle el biberón. 

—V-Ve-Vete de m-mi c-c-casa... —Suplicó en un intento fallido por sonar amenazante. Su voz estaba muy nerviosa y temblorosa que no logró nada para que aquella criatura del armario pudiese irse de ahí. Por otra parte, la cosa que salía de su mueble ya estaba pasando el suelo de madera que ocupaba la habitación de Soo.

Era muy noche, y las cuatro paredes estaban oscuras. No se podía ver absolutamente nada a excepción del brillo de la luna, aquel brillo sólo se mostraba en una línea diagonal justo en el extremo de la cama donde se resguardaba Kyungsoo, impidiendo así ver el cuerpo y el rostro de aquel ser que ya era libre en esa habitación.

— Por fin solos, KyungSoo —Esa tenebrosa y gruesa voz se escuchaba cada vez más cerca. El pequeño de cinco años gimió del susto queriéndole dar algo en el corazón ya que no dejaba de latir con velocidad. Como si saliera de su pecho porque se podía escuchar claramente sus latidos por toda la habitación. — Por fin puedo verte frente a mi.

—¿C-C-Cómo sa-sabes mi nomb-bre?—Preguntó en un hilo de voz tratando de protegerse como le fuera posible

—Porque tu me diste la vida, KyungSoo. — Aquello lo había dejado confundido, sorprendido en su mayoría. Él no recordaba haber creado un monstruo o lo que fuera que es y encerrarlo en el armario para poder olvídalo después. El ser que aun se mantenía en la oscuridad pero enfrente de Kyung, miró un poco de confusión en aquellos ojos grandes y llorosos por lo que prosiguió con su comentario.— Cuando tu naciste, yo también nací. Sin embargo, yo crecía cada vez más cuando tenías miedo, cuando llorabas y cuando temblabas de los nervios en esta misma habitación durante tus años de vida. Tu sufrimiento fue mi alimento para ser lo que soy, KyungSoo.

Es un monstruo malo pensó KyungSoo al notar su poderío y su maldad en su voz, y en su narración al contar aquello que lo dejó sorprendido. No obstante, su miedo comenzó a desaparecer y no sabía la razón, se suponía que sus temores aumentarían al saber que era malo y estaban solos en la misma habitación, pero no era así. No lo asustó más, sino que se tranquilizó.