Sucks and blows game: Segunda parte.

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Sus labios no eran lo único que sentía en estos momentos. Dos de sus dedos trabajaban causando en mi un tipo de placer que nunca antes había experimentado.

Escuchaba de lejos los gritos e idioteces que los chicos gritaban, pero aún así, no me intimidaban. Estaba tan concentrada en lo que ocurría entre mis piernas que no noté si no hasta que estuvo encima mío, que Sammy se había unido a nosotras.

Mis manos estaban inmovilizadas por el rubio a cada lado. Unió nuestros labios de manera desesperada y no me negué ¿Quién lo haría?

—Esto no era parte del juego—susurré hacia Sam cuando este se separó de mi. El rubio se encogió de hombros con una sonrisa coqueta plantada en su cara.

—Llevo esperando esto por años, babygirl—Susurró mientras dirigía sus labios a mi cuello—Hora de irnos.

Iba a preguntarle a qué se refería con eso pero el rubio me levantó fácilmente en sus brazos. Enrollé mis piernas en su cintura para evitar caer y rodeé su cuello con mis brazos.

—Se acabó el show—Alzó la voz el rubio cuando pasamos a un lado de los chicos—Ella y yo tenemos cosas que hacer.

Delany y Stassie imitaron un teléfono con sus manos y asentí, las llamaría cuando estuviera en casa.

Sentí como una mano de Sam dejaba de sostener una de mis piernas y escuché el característico sonido que indica que el auto está desbloqueado.

Abrió la puerta trasera con dificultad y me recostó en el incómodo asiento. Quitó su camisa antes de entrar al auto junto a mi.

—Desearía hacer esto en una cama—habló con sus labios en mi cuello—Pero no aguanto ni un segundo más.

Asentí hacia el dándole a entender que estaba de acuerdo. Quitamos nuestra ropa en segundos. Rasgó el sobre plateado con sus dientes y me lo tendió. Nos volteamos de modo que ahora, Sam era quién estaba abajo. Mis manos trabajaron rápidamente sin perder segundo algo.

—Si necesitas que pare, solo dilo—Susurró. Sus manos sostenía mis caderas. Jadeé cuando lo tuve dentro de mi y un gemido bastante alto salió de su boca.

Estuve un par de segundos intentando acostumbrarme a él. Comencé a mover mis caderas y ubiqué mis manos en sus hombros para sostenerme. Sus ojos estaban cerrados disfrutando de esto tanto como yo, su labio inferior estaba entre sus dientes y estaba segura que si seguía mordiéndolo así, sangraría.

—No creo aguantar mucho, no si sigues moviéndote así—su voz salió ronca, lo cual me motivo a moverme con más rapidez.

Mi espalda se curvó cuando alcancé el orgasmo y su agarre en mi cadera fue mas fuerte cuando él alcanzó el suyo.

Me recosté de modo que mi cara quedara en su pecho. Su corazón latía más rápido de lo normal y su pecho subía y bajaba rápidamente. No dije nada ya que estaba aún mas agotada que el.

—¿Estás bien?—preguntó riendo luego de un rato—Estás tiritando.

Sonreí hacia el asintiendo, lo que menos importaba en estos momentos era el frío. Jadeé cuando salí de el y me miró frunciendo el ceño.

—¿Dónde crees que vas?—me miró serio.

—No volveremos a tener sexo con el mismo condón, Samuel—Reí. El rubio arqueó su ceja mientras me miraba. Quité el preservativo y lo lancé hacia afuera sin importarme en donde terminaba. Repetí la acción con uno nuevo, una vez que todo estuvo listo, cambiamos de posición.

—Cuando se trata de ti—habló mientras comenzaba a moverse—Soy insaciable.

Sexual games | one shoots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora