Hermanos

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Nota.

Hola, hace ya unos cuantos años escribí esta historia con la idea de mejorar su escritura en un futuro. Aun no tengo completo todos los capítulos, pero tengo la intención de ir actualizándolos a todos poco a poco manteniendo lo más posible la esencia del capítulo.

Esta historia tendrá una segunda parte, la cual comenzare a publicar cuando termine de actualizar los capítulos de la primera parte.

Gracias por los que han leído y comentado, son lo que me inspira para continuar escribiendo.

Espero que les guste esta actualización del primer capítulo.

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 Mi padre es un empresario, reconocido en su ámbito y respetado por muchos, querido y odiado en partes iguales como consecuencia del inminente imperio empresarial que fundó junto a su mejor amigo. Es el típico hombre de película con traje elegante, porte recto, bien peinado, de anteojos negros, relojes costosos, celulares modernos y autos lujosos, un hombre abarrotado de trabajo y compromisos sociales sin espacios prolongados para pasarlos con su única hija. El tipo de persona que solo vive y conoce las grandes ciudades, las capitales y todas aquellas regiones mundiales con grandes caudales de circulación de personas y dinero.

Es casi romántico que un hombre como él se halla casado con mi madre, siendo está una simple doctora de pueblo. Su historia me hace creer en las almas gemelas, recordar los relatos de mamá era como leer un cuento de amor en dónde la bruja malvada era remplazada por el estatus social. Fue por ella, por el anhelo de siempre recordarla que decidí permanecer en el pueblo luego de que ella partiera de este mundo, mientras mi padre decidía márchese a la gran cuidad afirmando ser incapaz de permanecer en un lugar que le recordara constantemente a la mujer que amo con toda su alma. Aunque muchos consideran egoísta su acción de dejarme, siempre he creído que solo hace lo que considera mejor, como el hombre de negocios que es.

Así es como comencé a vivir sola a la edad de seis años. Bueno, no completamente sola. Durante los primeros años Nana María se encargaba de cuidarme, era quien preparaba mis comidas, me ayudaba con las tareas, me llevaba a la escuela y hacia todo lo que una madre hace diariamente por un hijo. Nana era una señora mayor, de unos 58 años cuando empezó a cuidar de mí, era viuda y tenía dos hijos, uno vivía en Alemania y el otro en la capital, y ningún familiar vivo en la ciudad. Ella solía decir que cuidar de mi era como convivir con una nieta, aunque en esta ocasión le pagarán por ello. lo cual nadie ha querido contarme, siempre supuse que se trataba de cáncer, y su hijo, el de la capital, decidido llevará a vivir con él, desde entonces vivo sola. Papá acepto mi infinidad de argumentos lógicos por los cuales podía y debía permitirme vivir sola, aunque cómbenselo me llevo un poco de tiempo y solo accedió con la condición de que almorzáramos juntos todos los domingos.

En un comienzo la condición de mi padre, para dejarme vivir sola, me pareció molesta y anticuada, pero con el paso del tiempo me di cuenta de que se trataba de un precio muy bajo a pagar en comparación a lo que ganaba. Después de todo no sería conveniente que mi padre viniese a la casa.

_ Si continúas revolviéndote cómo gusano te cortaré las piernas_ la amenaza sale de mi boca casi sin pensarla, de modo automático, siendo lo suficientemente aterradora para que el receptor comprendiese el mensaje de forma impecable.

Mi "invitado" tiembla en su lugar, como un acto reflejo ante el miedo de oír mis palabras o de saberla verdad, ya que mi apariencia no era presadamente aterradora la expresión de mis ojos contribuía a ello. Le observo de pies a cabeza, sentado en aquella silla de madera de roble con cuerdas que lo mantenía inmóvil lo suficiente como para no escapar, pero que dejaban marcas rojizas con el continuo rose causado por el forcejeo; las ropas rasgadas, solo tirones irreconocibles de lo que fueron en antaño y siendo la ropa interior lo único que se mantenía intacto; y su rostro perlado en lágrimas y sudor, con los ojos rojos por tanto llanto y la mirada suplicante de piedad.

Caníbal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora