1.1 十一

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Tyler tecleaba demasiado rápido en busca de aquel blog que había visitado días atrás. Quería nuevos concejos y una nueva rutina de entrenamiento, porque aún se sentía nefasto. El buscador lo llevo a la primera respuesta que estaba de color morado. Tyler había visitado la página unas veinte veces en la semana, así que le dio clic y esperó a que se cargara.

El castaño se sorprendió, había más concejos acerca de ejercicios de el famoso "thigh gap", la famosa manera de obtener un buen resultado de separación entre los muslos, y Tyler creía necesitarlo, porque sus piernas eran asquerosas y gordas, por lo que leyó cada uno de los ejercicios y los repitió en su mente hasta que logró aprenderlos. Con su dedo índice siguió presionando el mouse hasta bajar a más concejos, pero se detuvo al observar una fotografía muy particular, se trataba de una chica que había logrado su meta en dos meses. Ella era rubia, con grandes ojos azules, pero sobre todas esas cosas, su cuerpo era jodidamente perfecto. Tenía aquella separación de muslos, sus costillas estaban marcadas, sus clavículas, sus brazos y piernas muy bien delineados. Aquella chica era perfecta y Tyler sintió demasiada envidia.

Cerró su computador con coraje y se levantó para poder correr al baño y pararse justamente frente al espejo que yacía colgado en la pared de su baño. Tomó una gran bocanada de aire y se despojó de su camiseta con brutalidad, dejando al descubierto, su tan odiado vientre. Tyler apretó la mandíbula al mirar que su barriga crecía cada vez más, que sus mejillas se inflaban y que la piel de sus brazos empezaba a colgar. El menor se pellizco cada parte de su cuerpo, dejando sus dedos marcados en su piel.

-¡Soy un maldito cerdo!, ¿Por qué no me fije en mi cuerpo hace un años? -espetó golpeando su espejo con ambos puños, lo que ocasionó que se rompiese en pequeños trozos que se clavaron en los nudillos del castaño.

Tyler empezó a golpearse con desesperación, mientras tomaba varios trozos de vidrio con ambas manos, cerrándolas y clavando los trozos de cristal en las palmas. La sangre no tardó en correr por el borde del cristal, por lo que se tiñó de un rojo carmesí. Tyler tampoco tardó en comenzar a llorar, el dolor se intensificaba cada vez que apretaba más. Las palmas de sus manos tenían dos líneas poco profundas, pero eso bastaba para toda esa sangre que salía. El menor paso sus manos por su cara y unto la sangre por todo ella, sintiendo lo caliente que estaba.

-¡Soy un estúpido! -se golpeó en su cabeza, estaba desesperado.

Alzó la mirada y divisó todo a su alrededor, todo estaba tan destrozado. Los daños que había en la pared no se comparaban a los daños que estaban en el cuerpo de Tyler. El esmalte de sus dientes estaba cada vez más desgastado, su garganta estaba ya muy lastimada, tanto que a la hora de vomitar, pequeños rasgos de sangre se hacían presentes, su estómago tenía grandes hematomas. Tyler estaba muriendo lentamente y él no lo quería ver de ese modo.

Ser acercó a su retrete y pensó por un momento en todo el daño que se estaba haciendo, pero negó ente aquellas estupideces. Así que se colocó frente al inodoro, hincándose y tomando grandes bocanas de aire, para introducir tres dedos a su boca, y presionarlos directamente al punto débil que obligaba a devolverlo todo. Segundos más tarde, ya estaba vomitando todo lo que había comido.

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