Prologo: Bienvenido al infierno

117 13 4
                                    

Me desperté y de inmediato tuve la sensación de haber sido apaleado y masticado por una maldita trituradora de papel. Mis huesos dolian y mis musculos parecian de piedra. Intenté mover el brazo y enseguida me arrepentí de hacerlo, una especie de corriente electrica me recorriótodo el cuerpo, y entonces supe que si no queria empezar a llorar como una niñita por el dolor, lo mejor sería no moverme.

Me levanté con cuidado y me reincorporé, una vez hecho esto todo a mi alrededor pareció más nitido, casi hasta el punto de volverse insoportable. El olor a azufre puro asotó mis fosas nasales, los gritos de los que parecian cientos de personas perforarón en mis timpanos y el calor infernal me envolvió de tal manera que casi me sentia en llamas-literalmente-. Miré alrededor con cuidado de no hacer ningun movimiento brusco y lo que ví me dejó helado (Y eso ya es bastante decir teniendo en cuenta que en este lugar hace más calor que en el maldito desierto del Sahara)

Estaba encerrado en una habitación que no podía tener más de 2m cuadrados, la oscuridad envolvía todo el lugar, y la unica fuente de iluminación provenia de lo que parecia una gigantesca hoguera encendida a las afueras de la pequeña celda (Supongo que eso explica el insoportable calor). Desde donde me encotraba no podía distinguir bien lo que habia afuera, solo se veía el brillo naranja de la hoguera, ademas de lo que parecian rocas rojas. Mi mirada se desplazó esta vez por el interior de la pequeña y escasamente iluminada celda, no era para nada acogedora, y ademas de mi "cama" (Si es que se le puede llamar cama a la mierda sobre la que estoy tendido) no parcía haber nada más. Miré con mas detenimiento y noté un movimiento rapido en la oscuridad,  entonces fuí conciende de que no estaba solo. Una silueta extraña se movía al otro lado del pequeño cuarto, oculta ente las sombras. Traté de levantarme e inspeccionar que era aquela cosa rara, pero en cuanto lo hize mis musculos protestaron

- ¡Maldición!- Gritémientras sentía mi cara contaerce por el dolor.

Entonces, una macabra risa inundó la celda y sentí mis huesos helarse por el terrorifico sonido que provino de la-cosa-al-otro-lado-de-la-habitación. La gran masa se movió un poco hacia la luz y un gran alivio me invadió en cuanto distinguí que la figura no podía ser otra que la de una persona. Era un joven, alto delgado y de piel clara, el resto de sus rasgos parecian difusos por la poca iluminación del lugar. El hombre comezó a caminar en mi dirección y yo me reincorporé listo para luchar si era necesario, aunque dudo que mi estado pudiece llegar muy lejos. Pero mas vale morir luchando que hacerlo como un cobarde, y quien sabe, hasta pueda hacerle un corte o dos.

- ¿Estas adolorido? Debe ser porque eres nuevo aqui, tranquilo con el tiempo se te pasará- Guarde silencio y el me miro fijo- ¿No hablas? ¿Te comio la lengua el demonio? Tranquilo, no muerdo.

Este tipo no me daba buena espina, llamenlo instinto o supersticion, pero se cuando algo anda bien y esta cituacion grita: ¡Peligro! por donde quiera se le miré. Decidí ponerme en plan "Policia malo" y empezar a hacer preguntas.

- ¿Donde estoy y quien rayos eres tu? - Dije con tono de voz fuerte y seguro, como si ya lo supiera todo y solo lo estubiera poniendolo a prueba, despues de todo el tipo no sabe que estoy mas perdido que copo de nieve en pleno verano.

Me miró serio por un rato, luego estalló en una sonora carcaja que resonó en el pequeño espacio y volvio a ponerme los pelos de punta.

- ¿No es esto hermoso? El chico lindo de papi no sabe donde esta- Su sonrisa se amplió recordandome al gato sonrriente de Alicia en el pais de las maravillas. Abrió los brazos señalado alrededor de celda- Señor mio, es un placer para mi darle la bienvenida al infierno ¡bienvenido a su peor pesadilla!- Hizo una reverencia burlesca y volvió a sonreir mientras tarareaba una melodia estupida y molesta.

Mi cerebro tardó en procesar la información qu el tipo me habia dado. ¿El infierno? ¿Estoy en el infierno? ¿Pero que para venir aqui no hay que morir primero? Entonces yo...

No todos los perros van al cielo [1/3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora