Eran las 7:06 p.m cuando logre escuchar unas voces conocidas después de haberme desmayado.
—Oh por dios Dylan ¡Cállate!, que acaso no vez como está Jess
—Lo siento, no puedo evitarlo
Abrí mis ojos lentamente y vi a Kendall y Dylan enfrente de mi
Dylan me sonrió y me dio un abrazo—Dios Jess nos diste un buen susto—Volvió a apretarme con sus brazos como si fuera una almohada
—Dylan—Le dije tratando de safarme de sus brazos—Dylan estas lastimandome—No sabía que el era tan fuerte
—¡Dylan que no vez que estas asfixiando a Jess!—Dijo Kendall haciendo a un lado los brazos de Dylan—Estaba tan preocupada por tu Jessica, pensé que... Hay dios no podía ni dormir—Después de que Kendall dijo su discurso, me abrazo como lo hizo Dylan y luego el se unió al abrazo
—Wow, no sabía que me querían tanto
—Oh Jess nosotros te queremos demasiado—Dijo Kendall separándose de nuestro asfixiante abrazo
Iba a decir algo hasta que una chica nos interrumpió
—Lo siento chicos, su tiempo se acabo la paciente necesita descansar—Al parecer era una enfermera pero ¿Que hacia una enfermera mi casa?
Esperen
Esta no es mi casa
Sabía que algo andaba mal. ¡Estaba en un hospital!. Como no me había dado cuenta, podía sentir el olor en mi nariz. Inhale un poco más y sentí el olor de una rosa. Y como pude adivinar, había un lindo ramo en un jarrón con una nota de Thomas. Sonreí al instante y tome la nota para leerla:
Querida Jess:
Me entere que estabas en el hospital por algo que pasó e tu casa a la mitad de la noche, espero que estés bien. Iba ir a verte pero estabas dormida y las enfermeras me dijeron que no te despertara. Te traje unas flores como ya te habrás dado cuenta. También te deje un pequeño regalo, está en tu muñeca.
Tu amigo
ThomEra la primera vez que el me decía que era mi amigo. Levanté mi mano y vi e mi muñeca una pulsera de plata con la letra "J" en ella. Nunca pensé que Thomas me diera un gesto tan lindo. La puerta se abrió y vi que Nick entro a la habitación.
—Hola hermanita—Se acercó a mi para darme un beso y vi que tenía su brazo vendado. Al menos no era una fractura pero si estaba lastimado.
—Hola—Dije sin energía—¿Cómo esta papá?
—El esta bien, no le causo heridas graves a los hombres que entraron a la casa. Mamá está muy preocupada por ti y me pidió que viniera a verte por octava vez—El me sonrió y le devolví la sonrisa
—¿Y ella está herida?
—No—Se acercó para volver a darme un abrazo—Tengo que irme
—Está bien, te quiero
El me lanzo una sonrisa pícara—Aww yo también hermanita—Dijo y formo un corazón con sus dedos
—Si no estuviera con un montón de cables en mis brazos ya te habría pateado tu gordo trasero
Lanzo una carcajada y se fue. Unos segundos después de que el saliera entro Walter con una sonrisa.
—Hola—Se acercó y me abrazo con miedo a que lo rechazara
—Hola, no sabía que ibas a venir
—Pues técnicamente fui yo el que te salvó llamando a la policía—Su comentario hizo que bajará mi cabeza y el empezó a mover sus pies en el suelo para calmar el silencio y quitó su mano que estaba atrás de su espalda—Mira, te traje estas orquídeas. Espero que te gusten
Tome las flores y las puse en el mismo jarrón en donde estaban las de Thom—Gracias, son muy bonitas
—Bueno, te traje los apuntes de hoy—me entrego una libreta donde había apuntado todo
—Wow, no sabía que hacías los deberes—Tome la libreta mientras hojeaba las páginas
— Pues la gente hace sacrificios para las personas que aman
Le sonreí y el bajo su cabeza avergonzado—Está bien, es un lindo gesto lo que hiciste para mi
—Bueno pues—Recorrió con sus ojos la habitación—Me voy. Hasta luego
Trato de darme un beso en la mejilla pero en el momento que se acercó moví mi cabeza para tomar las flores y mi oreja recibió el beso.
—Oh, lo siento—Se notaba que estaba avergonzado
—No te preocupes—Le dije y salió de la habitación
Llame a una enfermera para que apagara la luz de la habitación para que pudiera dormir. Pasaron unos minutos y la enfermera no había llegado aún. Cuando supe que ya no vendría me levanté de mi cama para buscar una almohada y sentí un dolor en mis piernas. Ignore la pequeña molestia y camine para salir a buscar una almohada y también una manta, empezaba a sentir frío. Conforme iba caminando mis piernas de solían más pero era un dolor soportable. Después de caminar con mis piernas dolidas vi la habitación en donde habían almohadas y mantas para los pacientes. Agarré lo que necesitaba y me dirigí de regreso a mi habitación. Cuando faltaban unos pasos para llegar, el dolor de mis piernas aumentó y caí de rodillas lanzando un pequeño grito. Mi enfermera que salía de otra habitación me vio y corrió hacia mi muy preocupada. No tuve tiempo de decirle que están bien y llamo a otra enfermera para que me ayudarán a levantarme.
Me recostaron en la cama entró un doctor preguntando que había pasado. La enfermera le explicó que estaba atendiendo a una paciente que estaba teniendo un ataque. El doctor me preguntó como había surgido el dolor de mis piernas, le explique lo que me había pasado y la enfermera me pidió disculpas por lo que había pasado. Le dije que no había problema y el doctor me interrumpió diciéndome que tenía que descansar y no podría ir a la escuela el resto de la semana. Mis piernas estuvieron a punto de romperse, así que lo único que necesitaba era que reposaran. El doctor y la enfermera salieron y yo jugaba con mi pulsera que me regalo Thom cuando recordé lo que dijo Walter
La gente hace sacrificios para las personas que aman
Para las personas que aman.
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QUERIDA JESS
Teen FictionJess, una chica de 17 años con padre empresarios bastante adinerados y una casa muy grande y moderna, conoce a un nuevo chico de su escuela que es bastante romántico llamado Thomas.