Capitulo 9

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Kyuhyun apoyó los codos en la parte superior de la barra pegajosa y entrelazó los dedos detrás de su cuello, su cerveza barata quedándose sin burbujas. "Agua de orines." Una docena de personas estaban esparcidas cerca, en los taburetes y en las cabinas de vinilo desgastado que se alineaban en una de las paredes, pero no se acercó a nadie. Este no era momento para socializar. Necesitaba unos minutos para sí mismo, para ordenar sus pensamientos, para respirar. No podía hacerlo en el apartamento y ya no tenía la llave de su dormitorio vacío.

Un hombre sin patria, relegado a pretzels gomosos y tragos corrientes. 

Ayer fue a la biblioteca para enviarle un correo electrónico a Vicent y luego esperó por una maldita eternidad para ver su respuesta. Nunca llegó. No era una llamada sexual, era más como una carta del tipo de "Querido Vicent. Muchas gracias por los momentos de diversión, no puedo hacerlo más." No habían follado por un tiempo, pero no podía imaginarse tratando de hacer eso con Sungmin en la otra habitación. Dios, Sungmin. Lo empujó demasiado lejos. Tenía que reducir la velocidad.

Por el rabillo del ojo, vio una pareja prácticamente follando en público. No podía dejar de recordar haber hecho lo mismo, en el mismo lugar. Trató de imaginar al chico, recordar su nombre, pero todo lo que pudo imaginar era a Sungmin colocado contra la máquina de discos, con su mano avanzando poco a poco hasta la camisa de él mientras lo protegía de la vista.

Se removió en su asiento. Sungmin estaba reemplazando todos sus recuerdos, llenando en todos sus espacios vacíos.

—Cho Kyuhyun. —Una voz suave lo llamaba a sus espaldas, seguido de algunos rasguños en el centro de la espalda.

Kyuhyun desenredó los dedos, los pasó por encima de su cuero cabelludo desde la nuca hasta la coronilla, plasmando su sonrisa más agradable y se enfrentó al intruso. Changmin, de Literatura. Hace unas semanas le habría dado la bienvenida a su compañía. A su atención.

—Así es como me llaman. —Se encogió de hombros, rompiendo su contacto.

—No estuviste en clase la semana pasada.

—Tenía algo de mierda de la que hacerme cargo.

—Tú nunca faltas a clases.

—Aparentemente no nunca. —¿Cómo diablos sabía él sus nunca? Había faltado tantos días en su tercer año de la escuela secundaria que el distrito envió una carta certificada que amenazaba con suspenderlo por el año. Si no hubiera sacado las mejores calificaciones, probablemente lo habrían hecho.

—Comenzamos una apuesta. Puse mi dinero en mononucleosis.

—¿Disculpa?

—Ya sabes, la enfermedad del beso.

—Sé lo que es mononucleosis y no la tengo.

—Sólo te estoy molestando, Kyuhyun. ¿Vas a ir a lo de CL el próximo viernes? Estaba pensando en coquetearte. —Hizo un pequeño meneo, pasando una mano por encima de su cadera. Kyuhyun no sabía si hablaba en serio o en broma. Su amplia sonrisa era una mezcla entre bésame y besa mi culo.

Sungmin no pudo ni siquiera llegar al porche el domingo. No iba a arrastrarlo a una fiesta de fraternidad. Desde luego, no a una donde Changmin estuviera planeando coquetear meneándose. Incluso si Changmin no lo hiciera, alguien probablemente lo haría. Cristo, la gente pensaba que era el muchacho del cartel de la mononucleosis.

—Dudosamente.

—¿Qué se te metió en el trasero?

—Lo siento. Mira, Chang, realmente no estoy interesado en salir esta noche o enrollarme con alguien, ni nada. No lo tengo en mí.

MI SECRETO [KYUMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora