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-Eisha.
Está chica estaba muy loca, decía cada incoherencia, era muy extraño que no tuviera amigos puesto que no te da tiempo ni de pensar en el aburrimiento cuando estás con ella.

En la clase de literatura se la había pasado burlandose de la entonación  del maestro que utilizaba para leernos uno que otro párrafo de la novela contemporánea que nos encontrabamos analizando y sólo podía pedirle que parara porque estaba haciéndome reír.

Quedamos para la tarde. iría a mi casa para pasarle y ayudarla un poco respecto a los apuntes y tareas de literatura... Para ser sincera me causaba nervios dicho plan porque jamás había llevado a alguien de la escuela a la casa.

Sin embargo Alli me inspiraba una confianza enorme y le debía una grande por tirarle el café en sima así que de ninguna manera le diría que no.

Cuando salimos de la clase el estómago de esa mujer amenazaba con emitir un sonido próximo a escucharse en toda la preparatoria así que fuimos a la cafetería, en la fila para ordenar el desayuno se encontraban dos chicas que para mi humilde conocimiento del mundo del maquillaje y punto de vista habían abusado y mucho de el.

Alli se acercó a ellas con mucha confianza y la chica rubia le dio un abrazo de tal manera que pareció que no la había visto en mucho tiempo, le preguntó por sus padres a lo que Allizon respondió que se encontraban muy bien y estresados por la candidatura de su padre, yo sólo escuchaba y observaba a la otra tipa que ordenaba dos ensaladas vegetarianas con una actitud de superioridad en todos los sentidos, lo único que se formulaba en mi cabeza era a esa chica con una cabeza del tamaño de una lenteja.

Cuando fue nuestro turno para ordenar la chica morena que estaba ordenando las ensaladas  observó a Ally de pies a cabeza como un prototipo de escáner y  por alguna razón ví venir el comentario que ese cerebro de lenteja diría a continuación sobre Alli; le había dicho que si su papá iba a jugar la candidatura donde tendría que costear por lo menos la mitad de su campaña no era posible que no le pagará una operación o ya de perdido un nutriologo, en eso la señora rompió el silencio de tres segundos que se había formado preguntandole a Allizon que íbamos a ordenar, ella muy segura le respondió que una hamburguesa con papas y yo pedí lo mismo, Alli le mostró una gran sonrisa y posteriormente dijo: "Vane, no entiendo como teniendo un padre tan inteligente, ágil y educado haya dado como hija a una persona tan desarmada como tú y si nos permites Eisha y yo tenemos dos deliciosas y grasosas hamburguesas por comer."

Allizon estaba muerta de la risa y yo aún seguía procesando su respuesta tan acertada, era imposible recordar la cara de la tal "Vanesa" y no morir de risa Alli había triunfado y no sólo eso, sino, como los grandes.

En la mesa platicamos un poco de nuestras familias, bueno, más de ella que de mí ya que yo no tenía mucho que contar más que vivía con mi abuela desde los ocho años, que mi padre había muerto junto mi madre en un accidente automovilístico donde también iba, que después de mi abuela no tenía a nadie en el mundo y que mi miedo por perderla era muy grande, ya que justo ahora se encontraba muy delicada de salud y justo cuando terminé de pronunciar "Salud" se me vinó a la mente que hoy tenía que ir con la abuela por los resultados de sus análisis así que le expliqué a Allizon el porque la visita a mi casa se tendría que recorrer hasta más tarde de lo acordado, a lo que muy amablemente se ofreció a llevarnos por ellos y que por supuesto en primera estancia negué pero después accedí y agradecí.

Pasó el resto del día en la escuela muy rápido, las clases fueron de gran interés, el examen de biología ni siquiera lo presenté, sin imaginarlo había exentado el módulo así que como me tocaba a última hora el maestro me permitió retirarme.

El día seguía lluvioso y demostraba la lluvia próxima que se nos venía, así que decidí tomar el bus era económico y aunque tardaba ciertamente muchísimo tiempo para dejarte en tu destino ésta ocasión era una de esas veces donde lo agradecía, la platica con Alli durante la comida me había dejado algo nostálgica, pensaba en las cientos de posibilidades en las que viviría si tan sólo los dos o alguno de los dos estuviera vivo...

Uno de los recuerdos más vagos que tengo de mis padres son de las vaciones en las que estuvimos por última vez juntos, fuimos a campar a la playa que se encuentra como a cuatro horas de aquí esa ocasión me llevaron ahí para darme la noticia del embarazo de mi mamá, temían a que lo fuera a tomar mal cuando para mí fue todo lo contrario; me puse a brincar como una loca sobre la arena mientras cantaba que tendría una hermanita y que se llamaría Bety como mi muñeca favorita.

Aún puedo respirar el olor de la brisa en ese momento, escuchar las carcajadas de mi mamá de felicidad por verme brincar de esa manera y a mi padre mirándonos como si el paisaje que estaba a sus espaldas no fuera nada comparado a la imagen de mi madre y mía ahí, ese día casi se podía sentir la paz del cielo en la tierra, jamás imaginé que esa tarde tan significativa con mi familia sería la última y que horas después me encontraría en una cuarto de hospital combatiendo entre la vida y la muerte algo muy curioso que recuerdo con mucha claridad es que pude ver a mis padres por última vez en mi agonía, recuerdo que en ese sueño ellos sólo me veían a lo lejos y me sonreían con un semblante lleno de paz mientras me daban adiós con las manos, recuerdo que lo único que hacía era gritarles "mami, papi aquí estoy."

En cuestión de segundos la imagen de mis padres había desaparecido y sólo podía escuchar muchas voces de diferentes personas cerca de mí, lo primero que vi al abrir mis ojos fue la luz blanca que emitía una lámpara, sentía que mi cuerpo se levantaba en coordinación a algo que oprimían sobre mi pecho y después supongo que quedé inconsciente.

Por lo que me cuenta mi abuela pasé 42 horas sin abrir mis ojos por ende no asistí al sepelio de mis padres, mi recuperación llevó su proceso dado que tenia  tres costillas  rotas de mi lado izquierdo, fracturas en el cuello, cabeza y por supuesto raspaduras... Una que perdura incluso ahora es la que tengo poco después de un centímetro de donde termina mi busto izquierdo; es una línea vertical como de unos cuatro centímetros.

La última vez que fui a esa playa fue cuando tenía once años, recuerdo que mi abuela me había llevado por ser mi cumpleaños pero no volvimos más porque estar ahí sólo era por cuestión de horas ya que al anochecer había que volver porque pagar un hotel no es un gusto que pudiésemos darnos.

-Luz En La Oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora