Sentado en el sillón de aquella enorme casa, julio ojeaba su revista, de vez en cuando se dirigía a revisar a la señora Mèndez, desde aquella vieja puerta de su habitación, después regresaba a su sitió y seguía ojeando su revista.
Julio recién recibido como enfermero, lo habían contratado para cuidar de la deteriorada salud de la señora Mèndez una anciana de algunos 89 años, era su primer trabajo fuera de un hospital.
En aquella ventosa y fría noche de otoño volaban las últimas hojas de los desnudos árboles, entre los silbidos provocados por el viento se podían escuchar a los perros del vecindario que aullaban y ladraban, al parecer algo o alguien los incomodaba.
Todo parecía normal aquella noche a salvo de aquel viento que resoplaba como nunca, hacia estremecer y silbar las ventanas de aquella gran casa, se escucharon algunos truenos y relámpagos hacían que aquella noche se tornara un poco tenebrosa, Julio trataba de concentrarse en su lectura, hasta que depronto la luz se cortó.
La obscuridad se hizo total, afuera el viento soplaba con más intensidad y el techo de la vivienda cirugía soportando aquel vendaval.
En un primer momento Julio pensó en ir a la cocina para buscar algunos cerillos y velas, pero desistió de esa idea pues no conocía la casa y mucho menos estando tan obscura, como encontraría algo en aquella obscuridad.
- En la habitación de la señora Mèndez deba haber algo- pensó, las ancianas procuran tener todo a la mano son muy prevenidas.
Tanteando con las manos y los pies logro llegar a la habitación de la señora; la vista empezaba a acostumbrarse a la obscuridad, distinguió la cama y una silueta acostada en ella, cuando se disponía a buscar entre las cosas de la anciana escucho una respiración muy rara.
No le venía a la mente que tipo de afección podía hacer que la respiración de una anciana se escuchara de tal forma.
Le pareció inútil preguntar sobre se encontraba bien, era evidente que no, se acercó y tanteo la almohada hasta palpar la cabeza, quería asegurarse que la anciana no tuviera fiebre, palpo una cabeza calva, húmeda y fria, en ese momento la cabeza giro como para verlo directamente, el sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo.
Salto hacia atrás muy asustado, tropezó con algo blando que lo hizo caer, en ese momento regreso la luz, lo que vio lo dejo muy sorprendido...
Vio que con lo que había tropezado era el cuerpo inerte de la señora Mèndez, estaba tirada en el suelo, con el rostro pálido y una mirada de terror , la cama se encontraba bacía..
Salió tan rápido como pudo de aquella casa, nunca supo que fue la cosa que aquella noche logro palpar, el viento siguió soplando y levantando hojas en aquella noche aterradora.