Tess se encontraba recostada en su cama con un bote de helado a su lado y un libro, pero por más que a ella le fascinara leer no se podía concentrar, no podía leer en paz. Leía pero no captaba la idea de las líneas y volvía a leer la misma parte una y otra vez. Sentía como si estudiara para un examen de ciencias, así que se dio por vencida y dejó el libro en la cómoda a lado de su cama tomando una gran cucharada de helado mientras pensaba y se agobiaba.
"¡Felicidades Tess! Ahora ni siquiera será tu amigo" "¡Estúpida Tess! ¿Por qué tenías que confesarte?" " Entiende que solo tu mamá te quiere" " Si no te quieres tú ¿Como por qué te querría alguien más? ¿Como por qué te querría él?" "¿Qué chico querría tu desastre?"
Estos y muchos otros pensamientos la invadieron, atacando justo en el corazón que ya de por si estaba maltratado. No cesaba de atormentarla lo que había pasado horas antes:
Tess caminaba con gran alegría por toda la escuela, tanta que contagiaba con su sonrisa a quien la veía. Y entonces fue cuando lo vio, ahí parado, con su hermoso cabello y sus hermosas pecas casi indetectables, estaba allí el dueño de sus sonrisas un ahora dueño de su llanto. Se aproximó corriendo hasta el casillero donde se encontraba Saúl.
—¡Saúl! — Exclamó ella tocándole el hombro.
Él volteó lentamente y se topó con su sonrisa, esa que él había puesto en ella en ese entonces. Un leve sonrojo apareció en las mejillas de los dos notándosele también a Saúl una leve sonrisa sincera.
—¿Qué pasa?—Preguntó entusiasmado.
Tess calló por un segundo como dudandolo, se puso nerviosa pero notó que él también lo estaba, tal vez mucho más que ella así que dio un respiro y habló.
—¿Qué sientes por mi? —Solo decirlo bastó para hacer que su sonrisa se esfumara transformando su rostro en una expresión dura y fría —es que yo por ti siento algo más que una amistad —continuó ella con la cabeza gacha, le daba tanta pena mirarlo a los ojos que no notó su cambió de expresión, grave error —me gustas y quiero saber si yo te gusto a ti, si tenemos aunque sea una mínima pizca de oportunidad —mordió sus uñas impaciente por el silencio.
Y entonces él hablo.
—No —ella lo miró con esos ojos que a él volvía loco y que le partió el alma al verlos cristalizarse. Y peor aún, por su culpa —no me gustas como algo más que una amiga —continuó él en seco mientras que en el interior de ambos, todo se derrumbaba —lo siento... supongo.
Una rota Tess lo miró con esos ojos que lo mataron porque ahora estaban llenos de lágrimas. Lo destrozó por completo pero él debía mantenerse firme.
—Perdóname por hacerte perder tu tiempo —dijo ella y salió corriendo tratando de recomponerse, pero fue en vano. Su vista ya estaba muy nublada de lágrimas.
Ese recuerdo no dejaba merodear la cabeza de Tess, incluso había comenzado a llorar abrazando a su almohada. Le encantaría estar ahora mismo en los brazos de su madre, como había ocurrido las últimas dos veces que le rompieron el corazón, pero su mamá no estaba en casa y Tess no tenía ni ganas de hacer una llamada. Tan solo se mantuvo ahí, llorando, abrazando, mordiendo y golpeando a su almohada. La habían dañado antes pero nunca le había dolido tanto como ahora. Nunca se había enamorado tan rápido ni tan profundo como ahora. Nunca había sentido como lo hizo ahora. "Mientras más se ama, más duele" pensó y por si fuera poco todavía quedaba un ciclo entero que compartir con él.
Por otro lado, en la casa #452 de la calle Roger Lindley se encontraba un devastado, muy estúpido y casi arrepentido Saúl.
Él igual en cama no podía dejar de sentirse inútil, el peor patán del mundo, y así debería sentirse por romperle el corazón a no cualquier chica, sino a su posible complemento, a el tal vez amor de su vida y quizá su alma gemela. ¿Cómo se dejaba chantajear por su ex? ¿Cómo le había hecho daño a la chica de sus sueños?
Él no lloraba de la frustración, pero si le ardía la sangre. Era como si se quemase de la rabia. Para acompañar su balls de ira, escuchaba musica triste.
—Las personas felices disfrutan de la música, las personas tristes se adentran en las letras —susurró para sí mismo apreciando por primera vez lo buena que era la letra. —Eres un verdadero idiota —empezó a hablarse imaginando dos versiones de él —lo hice por que si ella viera esas fotos no me querría nunca más —se respondía a si mismo tratando de no sentirse tan miserable —como si después de lo que hiciste te fuera a querer como quiera idiota —y luego de un rato de charla recriminatoria se dio cuenta lo absurdo que era hablar solo y decidió ir al gym, después de todo tenía que golpear algo, aunque fuese un saco de boxeo, uno que golpeaba pretendiendo que era él mismo.
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¡Holaaaa! :D <3
Lo sentimos mucho por tardar en actualizar tuvimos un problemas con que a dos del equipo se les descompuso el celular y de verdad lo sentimos pero ya acá esta el capitulo. :)
Ah por cierto gracias por los 2k de verdad gracias no lograríamos nada sin ustedes . c':
Besos Gusi. xd <3
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La Rara Del Casillero 201
Short StoryCierra su casillero y toma el sentido contrario al que tengo que tomar yo marchándose sin mas , y así conocí el amor de mi vida.