PRÓLOGO
Cómo no hablar de mi, mi nombre es Bárbara West, tengo 16 años, bueno más bien llevo 16 años siento infeliz.
La gente jamás me ha aceptado tal y como soy, jamás han aguantado que yo pudiera ser mejor que ellos, por eso decidieron, desde que eramos pequeños, dedicarse a hacerme lo llamado ''bullying''. Siempre eran los mismos. El verano ya habia acabado y ellos estarian ahí de nuevo, en el nuevo curso, haciéndome sufrir, un año más. El año pasado fué horrible, ellos me retaron en una fiesta a liarme con un tío y como no lo hice, todos pensaron que yo era lesbiana, decian que ese chico era muy guapo y que la tenia muy ''grande'' y que no era normal que no me hubiera liado con el. Me acosaron con el temita, llegaron a dibujarme pechos y vaginas por todas partes, llegaron al punto en el que hicieron sentirme tan pequeña, que yo solo queria desaparecer del mapa por completo, asique un día en la bañera, me intenté suicidar.
Fue muy grave, estuve ingresada varias semanas en el hospital, mis heridas eran demasiado fuertes.
Tengo claro que sobreviví gracias a alguien, ese alguien adorable que se equivocó de habitación cuando fué a visitar a su hermana ingresada y sin querer entró en mi cuarto, solo se que ese alguien se llamaba Liam, el me lo dijo cuando entró al cuarto. Tenía el rostro más dulce que habia visto en toda mi vida, era alto y estaba en forma, tenia una sonrisa preciosa y unos ojos achinados que eran perfectos, demasiado perfectos para mi vista. El chico se presentó, me sonrió y no le volvi a ver.
Desde que salí del hospital me han ocurrido cosas horribles, pero creo que continuo con mi vida porque tengo la corazonada de que el destino hará que exista un reencuentro, quizás 'incorrecto' , entre Liam y yo.
Estoy plenamente segura.
CAPÍTULO 1
Hoy era mi primer día de clase, no tenia ganas de levantarme pero no me quedaba otro remedio.
Me levanté, apagué el despertador, me puse las zapatillas y fui directamente al baño para darme una ducha. Me llevé la ropa que me iba a poner; una blusa verde pistacho de manga corta, shorts y unas Vans negras. Me duché, salí y me preparé.
Salí del baño, lista y peinada, fui a mi cuarto a por la mochila y bajé a desayunar.
- Buenos días mamá. - Dije.
- Buenos días Barbie, cariño.
- Mamá, no tengo 7 años como para que cada vez que digas mi nombre sueltes un ''cariño'' repentino. - Dije cogiendo unas galletas para ir comiendo por el camino.
- Bueno, está bien. - Dijo
- Me voy mamá, hasta luego. - Dije mordiendo una galleta.
-Adiós cielo, ten cuidado con los chicos. - Dijo.
-Adiós mamá.. - Dije mientras caminaba por el hall, llegue a la puerta, la abrí y cerré de un portazo.
Dios, era mi primer dia de clase, otra vez a ver a esos gilipollas, no me quitaba de la cabeza el hecho de que los iba a volver a ver, a esos que me robaban, me insultaban, me pintaban de grafitti mi taquilla.. En fin, además creo que este año volverán a hacerme lo mismo.
Después de pensar en toda mi mierda en el instituto, empecé a pensar en como había sido mi verano, ya que no lo pasé en este maldito pueblo. También se pasó por mi cabeza un chico, un chico especial, el cual ha hecho que continué sin mover el más mínimo dedo, el cual, ha hecho que yo tenga más ganas de vivir, aunque todo estaría mejor si el estubiese ahí.
En la hoguera de primavera tiré todos mis libreos y aparte de eso, un deseo, ese deseo era volverle a ver, tenerle cerca, a mi lado, poder tener con el todo lo que siempre habia deseado tener con alguien. Todos los días tener una pequeña conversación tal que así:
-Te quiero.
+Yo más, idiota.
-No mientas, que yo mucho más cariño.
+ Que no.
- Que si.
+ Anda calla y abrázame.
Era extraño, porque después de pensar en esos imbéciles, a los cuales iba a ver en 5 min, pensar en Liam me hizo sonreir, tengo claro que si tubiera que elegir a alguien con quien perder la virginidad, alguien con quien salir, casarme, tener hijos y morir a su lado, le eligiria a el sin duda, él es perfecto en todos los sentidos.
Mi reflexión antes de llegar a clase, post-verano había sido neutra, asique esperaba que el primer día de clase fuera correcto. Mientras llegaba en mi cabeza, una poesia de amor adentraba.
''Oh dulce Liam, que por mi puerta te asomaste, como un pequeño te acercaste y me miraste, me sonreiste, me dijiste tu nombre, me diste todo tu apoyo, te sentaste a mi lado por unos pocos segundos, pude notar como mi corazón se aceleraba mientras tu estabas cerca de mi, pude ver esos preciosos ojos achinados que te hacen único, pude sentir el amor, mi amor hacia ti, nuestro amor, sin apenas conocernos, pude saber que ese no seria el final de nuestra historia, pude presentir que eso era demasiado intenso como para dejarlo escapar, te quiero, aqui y ahora.''
