Acababa de llegar al instituto y como siempre, yo esperaba fuera a que tocara la campana, sentada en una poyata de al lado de un banco, mientras me terminaba las galletitas. Estaba sentada, viendo pasar a la gente, gente que iba de guay, saludando a todo el mundo cuando luego les critican a sus espaldas, nada más terminar de saludarlos, tambien estaban los que venian nuevos, caras nuevas, los cuales sabia que eran nuevos porque iban con la cabeza agachada y andando despacio, como queriendo que su pesadilla en este instituto, terminara ya.
Nada más sonar la campana, pasó Emily, chica rubia, alta, delgada, con ojos azules, que venia con sus dos perritos falderos al lado de ella la cual me habia estado haciendo bullying como quien dice casi desde mi nacimiento. Desde que un dia estábamos en la guarderia y me empujó porque yo habia bebido agua en los baños antes que ella, la cogió conmigo, desde entonces, no habia parado de hacerme la vida imposible.
- Hey Barbie, ¿sigues sola? ¿O es que estás esperando a que te traigan un cuchillo para hacerte dibujitos en las muñecas? - Dijo entre carcajadas.
- Pírate zorra. - Dije con una voz fuerte, levantando la mirada y dejando de masticar mis galletitas.
- Uh, esta bien. No vaya a ser que me cortes a mi, en vez de cortarte tu. No te creas que este curso te va a ser facil West.
Me levanté, cojí mi mochila y entré por la puerta del instituto, firme y recta. Aunque he de reconocer, que la puta esta me habia echo sentir como una auténtica mierda, haciéndome recordar tiempos que no fueron nada buenos para mi, es mas, fueron horribles.
Sonó el timbre de comienzo de clase, yo, ya sentada en mi pupitre, saqué el libro y el cuaderno de la asignatura que tocaba. Habia caras conocidas, como la de Emily y caras desconocidas, como la de la chica sentada a mi lado, vestida entera de negro, con mechas azules, botas de militar y los ojos pintados completamente de negro.
- Hola, soy Barbara, pero puedes llamarme Barbie. - Dije en voz baja.
- Hola, encantada, soy Eddith, soy nueva aqui. -Dijo.
- Tranquila, te harás a estar aqui, yo llevo estudiando en este instituto toda mi vida y por destacar siempre me han tratado mal, pero tu no te preocupes. - Dije con una sonrisa.
- Menudos ánimos que me das. - Dijo.
- Oh, bueno. No pretendia hacerte desconfiar, solo que a veces no es facil hacer amigos, pero algun dia llegara el dia y estoy segura de que a ti aqui te irá muy bien.
Estube hablando con Eddith toda la clase, me parecia una chica muy maja y agradable, con personalidad, ya que tenia su propio estilo y a pesar de que toda la clase la estaba mirando descaradamente todo el rato, ella pasaba de todo y seguia hablando conmigo. Pasaban horas y horas de clases y Eddith habia cogido confianza y me estubo contando muchas de sus experiencias, ya que su padre es ciéntifico y la ha tocado estudiar en otros institutos del país.
Tocó el timbre de salida al recreo y salimos todos de clase, tenia intención de esperar a Eddith, asique esperé fuera de clase, en el pasillo. Mientras que pude ver que Emily estaba hablando con ella, bueno, en parte era normal, era nueva y la puta esta se querria presentar, mas que nada para figurar y eso. Emily se dio cuenta de que estaba mirandolas, me miró y sonrió maliciosamente, le dio una palmadita a Eddith en la espalda y salió por la puerta de clase, caminando hacia mi.
- Eddith, ¿has conocido a Emily no? - Dije cruzando los brazos.
- Si, es maja. - Dijo.
- ¿Maja? ¿De verdad te ha parecido maja? - Dije llevandome las manos a la cabeza.
- Si.
- Ten cuidado con ella. - Dije mirándola a los ojos, cabreada.
- No te preocupes, sabré que hacer. ¿Salimos al recreo o que?
- Vamos. - Dije señalándole el camino de salida del instituto.
Fuimos hacia la poyata donde yo me sentaba cada mañana, nada mas sentarnos Eddith sacó de su mochila su paquete de tabaco y se prendió un cigarro.
- Bueno, hablame de ti. Llevo todo el dia hablandote de mi. - Dijo después de dar una calada.
- Mi vida da demasiada pena como para estar una mañana entera contándotela. - Dije agachando la cabeza.
- ¿Y esos cortes? - Dije.
- Cicatrices, son cicatrices.
- Bueno, eso. - Dijo tirando la colilla del cigarro. - Cuéntame.
- No, paso de contarte esa parte de mi vida. Mejor te cuento la parte positiva de esa etapa.
Un chico se confundió de habitación en el hospital y sin querer entró en la mia, se sentó en mi cama porque yo me empecé a reir y se presentó mientras el se reía conmigo. Era absolutamente precioso, absolutamente perfecto, con unas faciones perfectas, sin conocerme de nada, me dio la mano y me la acarició, como muestra de su mas grande apoyo, tenia unos ojos muy peculiares, ya que al reirse estos se achinaban y se volvia adorable por segundos, era el chico más precioso que habia visto en toda mi vida, desde que le vi, creo en el amor a primera vista, desde que le vi, sigo adelante, desde que le conocí me enamoré de él, se que algún dia nos volveremos a ver, y estaremos juntos para siempre.
- ¿Y como es su nombre? - Dijo.
- Liam, se llamaba Liam.
