Tercer capítulo

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Entro en casa deseando que Rob tarde en llegar, pero para mí desgracia, la puerta se abre dando paso al monstruo que seguramente esta noche deje moratones por todo mi cuerpo.

-¡TÚ, VEN AQUÍ AHORA MISMO! – grita en el salón.

Temerosa salgo rápidamente de mi habitación. Él me espera sentado en el sofá y cuando me ve, se levanta y se acerca a mí. Yo simplemente observo el suelo como si la vida me fuera en ello.

-¡¿Cuántas veces te he dicho que cuando te hable me mires a la cara!? -al escucharlo gritar tan cerca de mi me estremezco encogiéndome de hombros y rápidamente levanto mi cara chocando con sus ojos negros.

-Hoy te has portado muy mal – dice mientras posa su mano en mi mejilla - ¿Dónde conociste a ese chico castaño?

Trago saliva nerviosa y asustada.

-Hace unos días en el supermercado, él me habló pero yo no le dije nada.

-¿Seguro?

-Sí – digo con un hilo de voz casi inaudible.

Él sigue con su mano en mi mejilla mirándome a los ojos, pero sin darme cuenta su puño choca fuerte y violentamente contra mi cara, tirandome así al suelo.

-Te estabas portando muy bien estos días... pero hoy... -suspira y se acerca a mí- te dije que no bajaras de casa ¿para qué bajaste?

-Para...

-¿Para irte con ese chico? - me interrumpe.

-¡No! – exclamo yo deseando que me crea

-¡NO ME GRITES! – grita él mientras me da otro puñetazo en la misma mejilla.

-Bajé para comprar maquillaje – él me mira mientras muerde la parte interior de su labio inferior. Tengo la cara en el suelo, pero en ese momento su mano coge mi cabello y tira de este para levantarme la cara.

-¡El dinero que te doy es para comida, no para tonterías!

Quería responderle de una vez, mandarlo a la mierda y largarme de aquí de una maldita vez, pero sé que si lo hago me estará buscando hasta que me encuentre y cuando me encuentre... no sé qué pasará.

Aún con su mano en mi pelo me levanta del suelo mientras yo simplemente lloro en silencio, mis lágrimas recorren mis mejillas dejando caminos por ellas.

Tirando de mi pelo me llevo hasta si habitación, una vez allí me quita los pantalones y me empuja a su cama, se quita luego los suyos y empieza a penetrarme a la fuerza, tras unas estocadas más de corre dentro de mi y una vez se repone por el esfuerzo, tira de mi brazo y me lanza fuera de su habitación cerrando seguidamente la puerta.

Sin pantalones y llorando en silencio, voy al baño de mi habitación, me quito lo que me queda de ropa y me observo en el espejo, todo mi cuerpo esta lleno de moratones y marcas de golpes, miro mi mejilla y esta roja por los puñetazos que me ha dado. Me observo unos segundos más y no puedo creer que esto haya llegado tan lejos, tapo mi cara con mis manos y caigo al suelo rendida por el cansancio y por tantas lágrimas.

Me lavo y me pongo un pijama para acostarme, me acerco al balcón para contemplar las estrellas, observarlas me relaja y me dan esperanza para pensar que algún día podré ser libre y conseguiré escapar de Rob.

Mis ojos están muy cansados y solo quieren cerrarse pero yo se lo impido mirando esa calle solitaria fría y oscura. Sigo observando la calle y justo en ese momento veo al chico castaño que hoy me ha salvado de los fuertes golpes. Al verlo no puedo evitar que una pequeña sonrisa se dibuje en mi cara.

Entro de nuevo a la habitación para comprobar que Rob duerme y tras escuchar sus ronquidos vuelvo al balcón. Lo observo y ahora él también lo hace, va caminando por la solitaria acera muy despacio mientras me mira, los dos sonreímos sin dejar de mirarnos, ¿qué estará pensando?

Sigue caminando lentamente y veo como tropieza con algo y cae, me levanto sobresaltada y observo que está tumbado en la acera boca arriba mientras se ríe, una vez veo que está bien me empiezo a reír de él.

Dejamos de reírnos y él se levanta del suelo sin apartar ni un segundo su vista de mí. Veo como hace gestos señalándome la mejilla, pero no sé porque. Entro en la habitación y me doy cuenta que tengo un nuevo moratón. Vuelvo al balcón y él sigue ahí mirándome pero ahora más preocupado. Yo le sonrío débilmente, mientras él niega repetidas veces con la cabeza y muerde su labio inferior.

Nos quedamos mirando unos minutos más, hasta que un coche azul para delante de él, el castaño se despide de mi con la mano y yo simplemente le sonrío, pero cuando estaba por subir al coche, me lanza un beso y ante ese acto, no pudo negarme a mostrar mi dentadura a causa de una sonrisa. Cuando me ve sonreír, él también sonríe y sube a ese coche y desaparece en esa oscura calle dentro de un coche azul.

My light (Staxx)Where stories live. Discover now