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Esta mañana no estoy de humor. Llego tarde al instituto. Mi móvil se ha estropeado. Mi despertador se cayó de la mesilla de noche y se rompió y mamá tenía turno de noche y no se despertó, mi hermana estaba enferma y no podía ni levantarse. Es la 10ª vez que llego tarde seguro me expulsan o algo.

Corro por las calles del viejo pueblo en el que me crié desde pequeña. Al llegar al instituto, subo corriendo por las escaleras evitando al director, más bien a su despacho y voy por el pasillo corriendo sin dejarme los libros en la taquilla ni nada, corro y corro hasta llegar a mi clase de filología.

Al llegar a la puerta veo que hay una nota sobre, ella que decía así:

<< Alumnos y alumnas de la clase del profesor Deims de filología tengo que informarles, yo el director, que vuestro profesor está enfermo y no habrá clase estas dos horas, pueden regresar a sus casas hasta la siguiente hora.>>

¡¿En serio?! Solo estoy me puede pasar a mi. Están bromeando, díganme que lo están haciendo por favor.

Salgo enfurecida del pasillo hasta el patio. Siento varias miradas pero no hago caso omiso a ellas. Rodeo todo el campo de fútbol y subo unas pocas gradas hasta sentarme en la quinta de ellas.

La próxima clases en una hora y media y encima no he desayunado y encima no traigo dinero, no quería coger el dinero que mamá me dejó porque mi hermana estaba enferma, al parecer una gripe o algo de eso o se lo habrá inventado simplemente para no ir al instituto; pero la cosa es que no lo cogí por si necesitaba medicinas y luego no había dinero para comprárselas o algo, yo que sé.

-Ay... Mi vida va de mal en peor.-Me quejo en voz alta, puesto que no hay mucha gente que pase ahora mismo por el instituto.

-¿Tienes complejo de hablar sola?-Me pregunta imbécil. A levantar la mirada y verlo con detenimiento, me quedé sorprendida con la gran cantidad de tatuajes que tenía en el cuerpo sus ojos son verdes como la hierba, me dejaron embobada pero su aspecto, dejaba mucho que desear, más bien me intimidaba.

-¿Quién eres?-Le pregunto. El chico me mira, sonríe al principio, pero luego suelta unas carcajadas y una risita cínica cosa que me enojo bastante, ¿porque se ríe de mí? O a lo mejor es popular o algo y le extraña que no lo conozca.

-Ey, chica. Así de fácil no te lo voy a decir, nena. Yo no soy un facilón.-Dice junto con otra carcajada y un guiño de ojo. Me enoja más ver luego céntrico, que aunque sea guapo, no tiene que ser así. Es un imbécil total, así que opto por lo más fácil.

-Pues vete a la mierda.-le digo levantándome de la grada en la que estaba sentada mientras que él estaba levantado mirándome fijamente. Al decir eso su sonrisa se tornó un poco más maquiavélica si lo puedo decir así. Su semblante oscureció y de un momento otro, no sé cómo frunció el ceño y me miró mal, más bien me mató con la mirada.

-¡A mí nadie y menos una niñata como tú me dice que me vaya a la mierda!-Me grita enfurecido.-¡¿Me has escuchado?!-Me vuelve a chillar. Lo miro aún más mal, yo con la poca valentía que me queda, la saco a relucir.

-¡¿Cómo para no hacerlo?! ¡Te ha escuchado todo el instituto! ¡¡Púdrete!!-Le grito con la poca voz y fuerza de voluntad que me queda. Una vez echo mi gran espectáculo salgo corriendo dejándolo ahí solo más que enfurecido.

Me voy rápidamente a casa, Mía puede necesitarme y tampoco es que quiera encontrarme con este engendro de nuevo, así que por lo sano opto por no volver al instituto esta mañana o no sé hasta que me gradué supongo, si eso en la graduación ya vuelvo para solucionar un par de cosas, pero por lo pronto espero no encontrármelo nunca más en mi vida.

Por cierto, Mía es mi hermana menor, tiene 15, apuntó de cumplir los 16. El año que viene ya irá a bachillerato, aún que es más mayor en mentalidad que en cuerpo.

Soy Blaire. Tengo 17 años, por fin esta es mi última semana como estudiante de instituto, quiero ya estar en la universidad para ya por fin alejarme de todo esta gente, los odio a todos sin contemplación no hay nadie que me caiga bien, bueno ni yo a ellos tampoco les caigo bien obviamente, tampoco es que me importe demasiado.

Paso de ir este día, porque, aparte de lo del chico ese, si me pilla el director sería capaz de expulsarme mi última semana como estudiante de instituto y la verdad no me convence mucho eso de estar expulsada mi última semana injustamente.

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