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—¿Estás estúpido?— Pregunto una vez James me ha soltado la mano. Me mira alzando una ceja desafiante girándose hacia mi. ¿Podrías no mirarme? De acuerdo, tienes unos ojos bonitos, me gustan mucho; pero siento como si cada vez que tu mirada se posa en mi persona me atravesases sólo con los ojos. Bien, no puedo decir algo como eso, moriría de la vergüenza.

—Tu no escuchas cuando yo te hablo, ¿verdad que no cosita?— Se acerca cogiéndole del mentón. Me sonrojo levemente, ¿qué le pasa? ¿Por qué me toca? ¿Y por qué me sonrojo? Bien, no quiero morir aún, por lo que no le apartaré la mano de un manotazo, pero si me alejo de él lentamente.

—Mira... James, yo no quiero problemas y menos con alguien como tú.— Cuando termino de hablar, reflexionó seriamente mis palabras tras ver su cara torciéndose y no mostrándose muy feliz conmigo. Sonrió nerviosa golpeándome mentalmente. ¿Era necesario decir eso? Pues parece que si, porque lo dije.

—¿Alguien como yo? ¿Cómo que alguien como yo?— Pregunta mirándome con asco. Trago saliva intentando tranquilizarme y decir algo coherente pero acabo atragantándome y tosiendo como loca. Mi cara poco a poco se va convirtiendo en un volcán de rojo carmesí. Stephen rueda los ojos molesto y abre su mochila para sacar una botella de agua y pasármela antes de que muera ahogada.

Genial Blaire, eres increíble. Mereces un premio por inteligente.

Acerco la botella a mis labios y bebo directamente sin pensar en que James habrá puesto sus suaves y definidos labios sobre la misma botella. Me mente solo imagina en el llamado beso indirecto y acabo atragantándome con el agua. Te estas luciendo hoy Blaire. Stephen se sienta en el suelo y hace una señal demandante para que me siente a su lado pero vacilo, ¿se cree que me voy a sentar a su lado de verdad?

—Tu culo aquí.— Señala su lado. Respiro hondo antes de acercarme a paso lento. —¿Y bien?— Pregunta cuando ya me he sentado a su lado. Miro mis uñas, el color rojo combina muy bien con mi piel, debería pintarme las uñas de este color más a menudo. Blaire céntrate por favor. Si, es verdad.

Por-Por... Porque eres a-amigo de Joe y-y los chi-chicos y-y...— Si. Estoy tartamudeando. ¿A alguien le gustaría matarme por favor? Les pago para que me maten. Quiero enterrar mi cabeza en le suelo, si es posible, gracias.

—¿Solo eso? ¿Me ves cara de estúpido acaso?— Cuestiona. Bien, ahora no te estoy mirando la cara. Pero pues si la verdad, ¿para qué mentirte? No quiero mirarlo, así que no le veo la cara de estúpido ni de nada. Que trucazo Blaire. Gracias mente. —Mírame cuando te hablo. Por favor.— Lo miro de reojo. Ay que estúpido. ¿Por qué tiene que estar tan bueno?

No-No.— Finalmente respondo. Me relamo los labios al sentirlos secos, ya que el aire que entra por la ventana me molesta. James suelta una risita socarrona y tras suspirar acerca su cara a la mira. Me siento atacada.

Dios, por favor, ¿serías tan amable de ayudarme?

Mira, te he traído al aula de música, ya que soy muy consciente de que nadie va a entrar y no para pelear, sino para divertirme contigo.— Lleva su mano hasta un mechón de pelo suelto que tenia y lo coloca con cuidado detrás de mi oreja. Éste tío me quiere matar, ¿verdad? Dijo que se quería divertir, pero no cómo. Mi muerte se acerca. Recen por mi. Nunca fui mala chica, puede que no sacase las mejores notas, pero he llegado a la universidad chicos, eso merece un Padre Nuestro por lo menos.

—¿Divertirnos?— Pregunto apartando un poco mi cara de la suya. Con una de sus manos coge mi mentón y pasa suavemente su pulgar por mis labios, delineándolos a su paso.

—Hmm. Suena bien si lo dices así.— Su mirada se centra en mis labios. No sé cómo no me ha dado un ataque ya. A lo mejor mi corazón se ha parado y ni me he enterado. Pobre Joe, alucinó cuando James me llevó, no sé cómo lo voy a volver a mirar a la cara. —¿Dónde ibas así?— Salgo de mis pensamientos al escuchar su gutural voz.

—Teddy me invitó a una fiesta.— Explico con rapidez. La esquina derecha de sus labios se curva hacia arriba mostrando una sonrisa burlona mientras me mira de arriba abajo.

—No pareces estar muy familiarizada con las fiestas.— Me molesta. Entrecierro los ojos y me ahorro fulminarlo con la mirada por mi salud.

—Iba a ir igual.— Me encojo de hombros aprovechando para girar mi cabeza y centrar mi mirada en el suelo. Hay varias sillas en esta aula, pero a él le parece conveniente sentarnos en suelo, genial.

—¿Sin mi permiso?— Lo miro con reproche. ¿Y por qué mierda tendría que pedirle permiso a alguien como él? ¿Está tarado? Tranquilízate Blaire. Respiro profundamente.

—¿Lo necesito acaso?— Alzo una ceja desafiante. Me mira por el rabillo del ojo y esboza una sonrisa diminuta.

—Tu vida corre peligro.— Suelta como si se la hora se tratase.

—¿Cómo?— No aguanto más y acabo fulminándolo con la mirada. ¿Por qué es tan idiota?

—Y si sigues diciendo cosas así, tú cuerpo también.— Me sonrojo al notar su mirada en mi falda. Solo esto me faltaba ya.

—Eres un baboso.— Me cruzo de brazos sobre mi pecho y miro la puerta. Me está tentando a salir, ¿verdad?

—Así que baboso...— Murmura. Lo miro con desdén. Tengo más adjetivos, ¿te gustaría escucharlos todos? Yo con gusto de los digo uno por uno. —Bien, ¿comprobamos que tan baboso puedo llegar a ser?— Tras esa pregunta me encuentro debajo de él con su cara amenazantemente cerca de la mía.

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⏰ Última actualización: Jun 08, 2018 ⏰

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