El ataque de los sueños. Parte 4

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Isaac Lahey

Había demasiada oscuridad en tan poco espacio, como si toda la penumbra del mundo pudiese entrar compactada en ese refrigerador, demasiado oscuro incluso para él, sentía la claustrofobia avanzando sin letargo hacía su cordura, limitando el pensamiento a solo concentrarse en llorar; sus lágrimas eran pesadas y caían sin freno, rodando por sobre sus mejillas sobre la piel blanca y tersa de su jovial rostro, eran tantas que le nublaban la vista a sus pobres ojos ya vidriosos. No sabía cuánto tiempo llevaba encerrado en aquel lugar, para él habían pasado días, volando sin siquiera rozar el más mínimo reloj, como si toda esa situación fuese distinta y completamente alejada de cualquier realidad. Conocía bien esas cuatro paredes revestidas con metal en el exterior, sabía con exactitud dónde había arañado, donde había golpeado, donde había pisoteado y cuán fuerte había gritado con la esperanza de que alguien lo encuentre y poder ser libre nuevamente. Cerró los ojos y aguardó en la negrura del seco silencio.
Escuchó como la cerradura de la puerta de la habitación donde se encontraba su prisión se abría, logró oír los nítidos pasos de unas botas bajando por las escaleras de madera, mientras ellas rechinaban bajo las mismas.
Pudo oír un manojo de llaves empujándose entre ellas, escuchó como una entraba en el cerrojo, el candado caía. Isaac observó una delgada línea de luz sobrepasar la oscuridad y vio cómo esta crecía dejándolo ser abrazado por la claridad del exterior, vio a Derek arrojando las llaves.
- Derek, muchas gracias- dijo con los ojos irritados- yo...
Isaac dejó de hablar en el momento preciso en que Derek rodeaba su muñeca con unas esposas sujetas a un tubo de gas a su lado.
- Derek, qué es esto? - preguntó
- aún no acaba- respondió él
- eso qué significa ?
- ya verás- fue lo único que dijo para después dirigirse hacia una mesa de metal, exactamente igual a la de la veterinaria de Deaton en la cual se exhibían pinzas, cuchillos, fierros y muchos elementos de tortura desconocidos.
Escuchó la puerta de la habitación abrirse de nuevo, de ella salieron los demás miembros de la manada; Stiles, Scott, Lydia, todos entraron a donde estaban ambos.
Isaac escuchó un siseo a su lado, dirigió rápidamente su mirada hacia dónde venía el ruido y vio a Allison completamente amordazada y con graves golpes en todas partes, cubierta de sangre y pálida. Isaac sabía que estaba muerta, no podía escuchar un solo latido de su corazón; comenzó a sentir miedo subiendo desde sus pies y enfriando todo a su paso hacia la cabeza, el pánico lo consumía por dentro dejándolo sin poder pensar. Miró hacia el lado opuesto y vio a Aiden colgado de las manos en la habitación igualmente golpeado y con tanta sangre sobre sí como Allison.
-No!- gritó Isaac a la par que el siseo se hacía presente.
Sus amigos comenzaron acercarse a la mesa metálica de la habitación, Derek sostuvo en alto una palanca que había agarrado previamente, miro fijamente a los ojos de Isaac, por un segundo, Isaac pudo ver otros ojos en Derek, ojos distintos a aquellos verdes  que brillaban en sus órbitas, solo por un segundo... hasta que Derek lo golpeó con la palanca en la cabeza. Escuchó como se rompían los huesos del cráneo. Silencio y oscuridad... nuevamente.
Isaac despertó llorando, no podía moverse, sentía como si aquella pesadilla hubiera sido un recuerdo o aún peor una visión del futuro, sentía como sus músculos estaban tensos  y las garras rompían las telas que lo tapaban. Su sollozo se hacía más intenso a medida que el tiempo transcurría a su alrededor y la parálisis lo encerraba en sí mismo.

***

John Stilinski entra en la habitación de su hijo, camina unos metros hacia su cama y lo ve durmiendo con la boca completamente abierta sacando la lengua además de ronquidos. No puede evitar mover la cabeza hacia los costados en señal de desaprobación al igual que tampoco puede evitar sentir un amor enorme hacia su hijo.
-Stiles - llamó. Nada - Stiles- tampoco nada, el Sheriff puso sus ojos en blanco- Nogitsune! - gritó tan fuerte como pudo. Stiles salió volando de su cama disparado como un cohete hacia el piso de su habitación gritando aterrado.
- Dónde está ? - gritó.
- en el umbral- dijo el Sheriff tranquilamente- ha tomado a Scott y quiere hablarte- agregó yéndose de la habitación.
- te crees tan gracioso!- gritó desde el suelo.
Stiles se cambió la piyama que tenía: unos pantalones holgados grises y una remera azul de un color un tanto gastado por un pantalón jean azul oscuro, una camiseta y sobre ella un abrigo de color marrón. Bajó las escaleras de su casa a toda prisa para atender a su amigo y casi hermano Scott; eran mejores amigos desde que él tenía uso de memoria. Scott estaba apoyado sobre su moto que estaba estacionada en la acera de la ciudad, exactamente en frente de la residencia Stilinski.
- Qué pasa, Scott?
- Isaac tuvo una pesadilla anoche, el también la tuvo, sabes lo que significa...
- Un patrón- musitó Stiles
- exacto.
- sospechaba que fuese un ataque hace un tiempo, Scott. Tres no es coincidencia; desde que Lydia tuvo la pesadilla ya estaba pensando en algo como un ataque.
- siseos - dijo Scott.
-Qué hay con eso?
- también habían siseos en tus sueños ?
- así es- respondió.
- piensas lo mismo que yo?
- Deaton- dijeron ambos al unísono.

***

Isaac recorría la casa de los Argent, Chris se la había dejado mientras él seguía su cacería en Francia, pidiéndole que la cuide en su ausencia, Isaac se había negado al principio pero Chris lo persuadió de volver diciéndole que en Francia no lo necesitaban, que él estaría mejor en Beacon Hills, Isaac terminó aceptando. Sabía de antemano que su sueño no era algo Fortuito, algo estaba pasando y no solo pasaba por karma, alguien lo estaba provocando, las terribles pesadillas que todos en la manada estaban teniendo por las noches se debía a alguien y específicamente a algo, algo de lo que Chris Argent le había hablado a Isaac hace un tiempo atrás en Francia.
Encontró el bestiario escondido, uno incluso más antiguo, escrito en gritó antiguo. Un libro medianamente grande y ajado por los años. Abrió el bestiario hojeando las páginas, una tras otras, con los ojos bien abiertos y atentos y las pupilas temblando dentro de sus iris, estaba pálido y sudaba frenético.
Soltó un jadeo de sumo pánico.

***

Scott y Stiles estaban en el jeep azul, estaba atardeciendo; ambos habían planeado ir a visitar a Deaton por la tarde, luego de pensar en posibilidades por toda la mañana, sentían que algo grande se acercaba.
Stiles tenía la mirada perdida en el asfalto mientras conducía, lo hacía con una sola mano mientras que la otra estaba cerrada en un puño sobre su boca.
-Scott- dijo
-si?
- tu crees... Crees que el nogitsune esté en esto ?
- Stiles yo... Realmente no tengo idea de que esté pasando, tampoco quiero tenerla- fue todo lo que dijo Scott mirando las millas pasar sobre la carretera.

Volví con un nuevo capítulo, un día más tarde de lo que prometí debido a algunos problemas, espero que les haya gustado este nuevo capítulo y también espero sus votos y por supuesto, dejen un comentario sobre aquello que desean que mejore, aquello que quieren que agregue y aquello que piensen que es el nuevo enemigo de Beacon Hills 😱😱😱
Estaré publicando nuevamente luego del día domingo próximo en cualquiera de los días siguientes  al mismo, esperen con ansias las actualizaciones así como yo espero por sus votos y comentarios
Me despido
- Johnny Sourwolf.

teenwolf: nightmareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora