Un hombre de unos treinta años rubio y de ojos color verde estaba sentado frente a su gran escritorio revisando unos documentos y escribiendo algo en la computadora, cuando el intercomunicador suena.
-Subdirector. -la voz de la asistente se escuchaba al otro lado de la linea -La agente Stukino llego.
-Gracias Kino. -respondio el hombre sonriendo un poco, para el la voz era dulce y agradable. - Digale que pase y ¿Chiba?.
-Aun no llega pero ya le deje un mensaje con Kumada.
-Gracias Kino - respondio algo tierno -En cuanto llegue no lo anuncie, que pase de inmediato.
-Si señor. -Una rubia de ojos azules, un cuerpo envidiable y de largo cabello entraba a la oficina.
-Serena -le hizo una seña para que se sentara -¿Como has estado? -dijo ambos sentandose.
-Bien Andrew, interesada en llevar el caso BlackMoon. -sonrio algo coqueta.
-Bueno, parte de tu visita de hoy es por eso, pero mejor esperemos un poco -la rubia sonrio porque podria llevar el caso, cual era impprtante, la familia de los narcotraficantes mas famosa estaba haciendo estragros en Washigton y ella queria capturarlos y ser reconocida, las promociones habian iniciado en el FBI y ella lo queria. -Aun necesito que llegue alguien. -el rubio sonrio con algo de burla.
-¿A quien esperamos Andrew? - pregunto al tiempo que entraba a la oficina un pelinegro alto, su cuerpo marcado, y ojos de un azul profundo, su cautivaba a cualquiera, excepto a la rubia. -¡OYE! Idiota note enseñaron a tocar las puertas -hablando con desden.
-Andrew -se acerco al rubio y le extendio la mano para saludarlo, ignorando a la chica que bufo molesta.
-Andrew si vas a hablar con este -señalo al pelinegro con despresio. -Mejor me voy. -se levanto de su asiento.
-¡No! Serena Espera. -indico el rubio. -Necesito hablar con los dos.
-Pero si se trata del caso BlackMoon. ¿Que tiene que hacer este aqui?.
-Pues seguramente estas aqui para escuchar que me dieron el caso a MI -indico el pelinegro de manera burlona.
-Me temo que no es asi Darien -se disculpa el rubio y la chica se rio.
-Jajaja, creo que tu estas aqui para enterarte que el caso es MIO -se burlo la rubia, sentandose de nuevo en su lugar.
-Tampoco es asi Serena. -la chica se quedo con la boca abierta y ambos miraban a su jefe con sorpresa y duda. -Veran... - se recargo en el respaldo de su sillon. -Necesito que AMBOS lleven el caso. -sentencio.
-¡¿QUE!? - gritaron los dos al tiempo que se ponian de pie.