XX

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-¡Parad ya por favor!- llevaba media hora intentando que estos dos pequeños, revoltosos e insoportables enanos se estuvieran quietos. Mi día ya había sido bastante agotador desde que había llegado a casa como para encima tener que andar corriendo detrás de mis dos hermanos, sólo para poder convencerles de que se bañen de una vez.

-O paráis o no habrá fiesta de cumpleaños- entonces Luckey dejo de perseguir a Sky, y esta a la vez dejó de correr. Por fin...- Ahora...- ambos me miraban suplicantes- ¡A LA DUCHA DE UNA MALDITA VEZ!

Exploté.

Se podía ver llamas bailar alrededor de mis pupilas, o al menos ambos me miraron como si desprendiera fuego, para luego correr hasta el interior de la casa. Ahora también me tocaría recoger todo lo que habían dejado fuera, vaya tortura china.

Entonces mi móvil comenzó a sonar y por un momento me asusté, no recordaba tenerlo en el bolsillo trasero. En la pantalla aparecía el nombre de Olivia.

-¿Si?- me extrañaba su llamada.

-Hola Hilary ¿estas en casa?- su pregunta me desconcertó bastante- Es que cuando te fuiste olvidaste la cartera y una de las trabajadoras me la ha traído pensando que era mía.

Mierda, siempre tenía que olvidar algo.

-Oh, si si, estoy en casa- dije nerviosa.

- Entonces te la llevo en un momento- le expliqué mi dirección y colgamos la llamada, instintivamente miré el patio y agarrando una carretilla de juguete bastante grande, metí todos los juguetes hasta el porche trasero. Amontonados en una esquina parecían incluso menos, ya me encargaría de que los niños recogieran...

...

El reloj de la cocina marcaban las 5:30 de la tarde exactamente, abrí la nevera en busca de leche para mis cereales, ya que era lo único que me apetecía ahora mismo. Busqué y rebusqué por la nevera. Nada, ni una gota de leche. PUF...

Entonces mi salvación llamó al timbre, dándome la mejor idea del mundo.

-¡No salgáis en un rato!- grité cuando me iba acercando a la puerta- Hola Olivia- dije con una sonrisa malévola.

-Hola- dijo ella un poco extrañada- ¿Pasa algo?

-No, no ¿Que iba a pasar?- ella se encogió de hombros mientras pasaba hacia el interior de la casa, entonces disimuladamente tomé mis llaves- oye ¿me haces un favor?- esta asintió dudosa- Vaaaleee.... Pues arriba están los niños, hay cervezas en la nevera, vuelvo en media hora- le dije todo lo más rápido posible arrebatando mi cartera de sus manos y saliendo disparada hasta el coche.

Ella se podía notar que, o no sabia, o no quería niños cerca. Pero yo omitía el sonido de mi nombre saliendo de su boca en forma de gritos y llamados de esperanza.

Tendrás que tener paciencia Olivia...

...

Caminaba por los pasillos del mismo supermercado de siempre cuando dos voces similares a las de Charly y Dashcov, me hicieron esconderme. Ahí estaba yo como una estúpida escondida junto a una gran montaña de papel higiénico, parecía una niña jugando al escondite. Pero entonces note como sus voces se iban acercando cada vez más a mi escondite, haciéndome pensar que realmente me habían visto. Entonces fue cuando comencé a escuchar su conversación:

-¿Y que vas a hacer?- preguntó Charly con curiosidad y un toque de picardía- O acaso...

- Olvida eso- respondió Dashcov con sequedad- Ir. Qué voy a hacer si no...- en su voz se podía notar un fingido desinterés, no sabía de que hablaban, pero se notaba que quería restarle importancia y ocultar su emoción- Simplemente iré, y aprovecharé el tiempo- eso sonaba mal.

• Mi Verdadero Yo // PAUSADA HASTA NUEVO AVISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora