Capítulo 3: Shion

75 9 0
                                    

Creo que nunca me desperté tan emocionado en mi vida, me vestí con las manos temblando, y no pude evitar sonreírme mientras me lavaba los dientes. Bajé con un zapato de cada par y al atarme los cordones olvidé completamente como hacerlo. Me puse feliz al sentir el olor de los bollos en mi nariz antes de sentarme en el mostrador mientras esperaba a que Nezumi llegara y a que mi madre terminara de cocinar. Empecé a impacientarme y a dar vueltas por todo el lugar hasta que sonó la campana de entrada y me giré casi instantáneamente.

El estaba allí parado, con esa ridícula bufanda, y su cabello atado en una media cola, con esa mirada indiferente.

-¡Hola, Nezumi!-Lo saludé acercándome a el con pasos rápidos.

-Hola-Me devolvió el saludo con indiferencia-¿Vamos...?-Preguntó entre impaciente y ansioso tal vez por los bollos prometidos.

-¡Oh! ¡si! espera un segundo... -Busqué dos bollos, me despedí de mamá y le ofrecí uno a Nezumi-Ten... tu paga.

-Gracias...-dijo aquello serio y sin más, pero asó era Nezumi.

Hizo un gesto para que emprendiéramos camino a la escuela. El comía su bollo en silencio, por un segundo tuve ganas de empezar a gritar para cortar la incomodidad, pero solo pude seguir su ejemplo y comer callado. Noté un brillo en sus ojos mientras degustaba la comida que me dieron ganas de estirarme y tirar de sus mejillas.

-¿Puedo preguntarte algo? -Pregunté cuando terminé de comer.

-Aja... -Me miró de reojo, esperando mi pregunta.

-Hace mucho calor, ¿Por qué usas una bufanda? -Tiré un poco del borde de esta para verla mejor.

Me miró unos segundos antes de soltar un suspiro y fijar su vista al frente.

-Simplemente la uso, porque quiero... y... te manchaste la mejilla... -Comentó señalando la comisura de mi labio. Traté de limpiarme, pero el negó con un movimiento de cabeza y estiró su mano para sacarme la mancha con el pulgar- Eres un desastre... -Soltó un bufido y siguió caminando, dejándome estupefacto.

Creo que mis mejillas estaban en verdad muy rojas de la vergüenza, y no entendía por qué, solo me había ayudado a limpiarme la mejilla ¿no podía ser más que eso... ¿no?
Solo seguí sus pasos, tratando de ocultar mis mejillas sonrojadas.

-E-Eh... igualmente... ¿no tienes calor?-Traté de desviar la conversación.

Nezumi negó, sin contestación y sin mirarme a la cara. Me sonreí. en verdad era un chico difícil.

-Hm... espero que sigamos trabajando con Hamlet... -Comenté mirando mis pies que se balanceaban sobre las grietas de la calle.

Me miró unos segundo algo sorprendido. Noté una extraña expresión en él, como si en sus ojos se mostrara un ligero entusiasmo, claro, eso duró muy poco antes de que frunciera el ceño y volviera a mirar al frente, pero con la comisura de sus labios ligeramente levantada.

-Shekespeare es alguien que merece mi admiración, y su obra es muy buena...-Desvió la la vista a otra parte con una mirada de "Amo tanto esa obra que la leí como millones de veces".

Solté una pequeña risa desviando la mirada, y me sonrojé al notar que me sentía feliz por haber visto una expresión nueva de él.

-Gracias, por lo de ayer... me alegré cuando me ayudaste... -Le sonreí- Je... perdón por forzarte a aceptar los bollos de mi madre y a acompañarme a la escuela... y a cantarme, pero no encuentro otra forma de... -Me callé al darme cuenta de que estaba hablando demasiado.

Noté como Nezumi me miraba extrañado y como estaba a punto de hacer un comentario, para mi suerte, Safu apareció de la nada, con el ceño fruncido, provocando un gran alivio en mi pecho.

-¡Safu! -La saludé con una sonrisa- ¿Dormiste bien?

Ella se acercó y miró irritada a Nezumi, luego se cruzó de brazos y me miró molesta.

-Bastante mal, digo... te escapaste de clases, dejando tu bolso en medio del patio, además... no te llevaste tu celular contigo -Me extendió mi bolso-Te pido por favor que no me preocupes de esa forma de nuevo... -Dirigió una mirada a Nezumi-¿Qué hace él aquí?

-Estoy aquí igual que podría estar allí-dijo con un tono de molestia, como con la necesidad de matar a una mosca que le zumbaba en el oído.

Bajé la mirada a modo de disculpa antes de dedicarle una sonrisa.

-Lo siento, prometo que no se vuelve a repetir y... bueno, es una larga historia, pero el va a caminar con nosotros, ¿No, Nezumi?-Miré al pelinegro con una sonrisa.

El chasqueó la lengua y miró a Safu, también con irritación.

-No eres su madre, como para decirle eso ¿no? No tiene dos añitos, dale libertad para que haga lo que le de la gana-Parecía molesto por algo, me entristeció eso, ya habíamos empezado a hablar mas sueltos.

Miraba la escena algo incomodo, ni Safu ni Nezumi parecían felices. Los dos me agradaban, así que también quería que se conocieran, Nezumi es inteligente, o eso aparenta, así que me pareció que podría conversar normalmente con mi mejor amiga. En todo el camino a la escuela, esos dos, lo único que hacían era hablarse mal o insultarse, estaban llegando a un punto en el que me empezaba a irritar a mi.
Al entrar al aula, varios se acercaron a preguntarme que me había pasado el día anterior, obviamente no le iba a decir, pero no pude evitar sonrojarme al recordar los otros acontecimientos. Me senté, tratando de ignorar a todos lo más posible sin tratar de ser grosero, solo quería perderme un poco en mis pensamientos.

A mitad de la clase, mis ojos, inconscientemente, se desviaron a la nuca de Nezumi, y empecé a divagar sobre por qué usaría bufanda, cuando no hacía frío. Igualmente le quedaba bastante bien, y le daba un aspecto misterioso, y me avergonzaba decirlo, pero... sexy.

-¿Eh...? Shion... ¿te sientes bien? estas rojo... -Me pregunta Safu a mitad de la clase.

-¡N-No! -Grité sonrojándome mas y llamando la atención de todos, en especial la del profesor- ¡L-Lo siento!

Al final el profesor me castigó y me mandó afuera. Solo me quedó resignarme y esperar a que el profesor me llamase de nuevo.
Estaba tarareando algo cuando la puerta se abrió y Nezumi salió de allí, para sentarse junto a mi. Estaba tan sorprendido que mi mandíbula se podría haber desencajado.

-¿Nezumi? ¿Que haces aquí?

Lo miró y suspiro, antes de murmurar algo.

-No tengo ni idea, creo que dije algo que lo molestó...-Murmuró encogiéndose de hombros.

Asentí y bajé la cabeza. Había un silencio entre los dos, no era incomodo, en realidad, se sentía relajante. Al mirarlo de reojo, me sonrojé al notar su mirada sobre mi.

-Ehm... y-yo... -Mi voz fue interrumpida por la puerta abriéndose de golpe- ¿Eh?

Safu salió del salón y cerró de un portazo antes de caminar y acomodarse entre Nezumi y yo. Parecía tener algo parecido a un puchero en su rostro, y pegó sus rodillas al pecho, mirando al frente. Escuché como Nezumi chasqueó la lengua. No pude evitar sonreírme y suspirar. En verdad... no entendía por qué se sentía tan bien, estar acompañado de esa forma.

- ¿Y tú por qué saliste, Safu? -La vi  entre extrañado y divertido.

Ella me miró y su puchero se hizo más visible.

-Simplemente no quería dejarte solo... -Una sonrisa ladina se asomó por su rostro antes de volver a su posición de antes y empujar a Nezumi ligeramente.

Desvíe la vista al pelinegro, y este parecía tener una expresión de frustración, no logre entender muy bien por qué, pero me gustó divagar sobre ello en los quince minutos que estuvimos afuera, los tres juntos, yo hablando con ambos, y ellos... Bueno, ellos solo se gruñían.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 13, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No. 6 (Fanfic Ne-shi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora