Capitulo 4: Kylian

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Zoey

Me dirigí sin dudar hacia el grupo de la ODDSI. Uno de ellos me vio, sacó su pistola y disparó. Sólo pude escuchar el grito de horror de Blanca. Lo esquivé gracias a que me tropecé por culpa de un hueco del suelo. Me levanté lo más rápido que pude. Mi Sign me ardía demasiado, casi no podía tocar nada con dicha mano.

Escuché como Blanca se acercaba a mi situación mientras avisaba a la ODDSI por medio de su Sign. Se trataba de tocar su tatuaje y pensar el mensaje. Esa información llegaba al ordenador de Abril casi de inmediato.

¡Alerta roja! Alfas en las ramblas dirección a plaza Cataluña ¡Necesitamos refuerzos! – pensó Blanca.

Nos resguardamos detrás de un quiosco grande. Mi amiga siempre era más precavida que yo, amaba pasar desapercibida y no llegar a la violencia. En cambio yo, desde la última guerra, me lanzaba hacia cualquier batalla. No sabía por qué, pero yo estaba cambiando. Mi personalidad se había visto afectada desde que Abel me volvió a otorgar mis dones.

Ya faltaba poco para que los Alfas llegaran a nuestra posición. Leí sus mentes. Lo único que pensaban era en matar. Tragué saliva.

– Blanca ¿ya los humanos se han retirado? – pregunté concentrada en los pensamientos de los Alfas.

Mi amiga miró a todos lados. No había ningún turista, aunque sí muchos policías.

– Puede que vaya a nuestro favor – dijo Blanca a estos últimos.

Justo en ese momento otro Alfa disparó cerca de nuestra posición. Esperaban que saliésemos del escondite. Se reían entre ellos. Sabíamos que había llegado la hora. Salimos las dos de golpe para sorprenderlos. Blanca contraatacó con una descarga eléctrica.

– ¡Cuidado, agáchate! – me chilló Blanca.

Me tiré en tierra e intenté resguardarme debajo de un coche. No sé en qué momento mi mente se quedó en blanco. Un disparo cerca de mi cara hizo que volviera a la realidad. El golpe que había producido mi rostro contra el asfalto había hecho perder el conocimiento. Me situaba debajo del coche, resguardándome de la lluvia de balas. Allí en la oscuridad y en la calidez, me saqué las dagas de las mangas. En éstas tenían gravado mi Sign con un color dorado.

– Venga Zoey ¡a divertirse! – dije dándome ánimos.

Salí del coche con movimientos patosos. Busqué la mente de Blanca y me situé en sus ojos. Detecté un Alfa el que estaba más próximo a mí. De repente escuché muchas mentes que chillaban con ánimo de guerra. Los refuerzos habían llegado y había una auténtica batalla en medio de las ramblas.

Gracias a los aliados, tenía más variedad de ojos para poder adentrarme en ellos. Percibí un Alfa que estaba encima de Blanca. Corrí hacia él y salté encima dándole un codazo en la cabeza.

– ¡Éste es mío! – Chillé a Blanca – protege a los civiles y por amor de Dios que los policías no sufran más daños. ¡Nos pueden denunciar!

Mi amiga me hizo caso y se dirigió a un grupo de policías que estaban acorralados por unos cuantos Alfas. Dejé los ojos de Blanca y otorgué toda mi atención al enemigo que había derribado. Había algunos humanos mirando desde una tienda. Gracias a ellos, podía ver perfectamente a través de sus ojos. Mi enemigo lentamente se levantó un poco desorientado pero eso no le impidió amenazarme.

– Cada vez los Omegas se esfuerzan menos en esconderse – dijo en un tono amenazante – sois como hormigas, estáis en todas partes.

– No nos llamamos Omegas – repliqué.

Saga Dones: Naélium (Segundo libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora