¿Solo Un Juego?

La Apuesta

Narra Marceline

Después de lo acontecido llegamos al salón de clase ella se fue al frente y yo hasta el fondo de su misma fila.

Las clases pasaron como siempre sin poner atención, pero estaba pensando... Pensando en esos ojos color miel que con su mirada me envolvían hasta que una voz me saco de mi mente.

-Marceline, tierra llamando a Marcy -dijo

Volteo a ver quien era y mi sorpresa era Grumosa.

-Grumosa ¿cuantas veces te he dicho que no me digas Marcy?-dije con tono amenazante

-Las mismas veces que yo te he dicho que me llames Lumpy- dijo de forma amenazadora

-Bien.. me rindo ¿que quieres?¿para que me buscas?- dije acomodándose de nuevo en mi asiento.

-Una apuesta ¿aceptas?-

-¿Cual es el trato?- pregunté curiosa

-¿Recuerdas que cada mes hago una fiesta para celebrar que pasamos de año por suerte?-

-Ehhh... si que tiene?-

-Bien tendrás que invitar a una chica de la secundaria-

-Será un tanto sencillo - dije con una sonrisa en mi rostro

-Y yo ya la elegí ¿quieres saber quién será tu pareja?- cuando dijo que la tenía abrí los ojos a más no poder.

-¿Que ya la elegiste? Si es así dímelo ahora -

-Bien es Bonnibel Bubblegum la nerd de alfrente de esta fila-

-Ella pero si ni siquiera puedo hacer carne a ella-

-Sabes mis contactos no me dijeron eso- dijo apoyándose en la paleta del banco - a mi no me mientes Marceline, dicen sobre un castigo donde sólo estarán tu y Bubblegum en la escuela durante un mes, es eso verdadero? -

-Si Lumpy, recogeré la utilería de los clubes de la secundaria - dije ya arta de ella

-Entonces que tiene de complicado para la gran Marceline Abadeer si está con ella a solas y tu forma de conquistar a las personas -

-Okay lo voy a hacer-

-Ni modo que no ya la habías aceptado -agregó Lumpy

-!!Eres una...!!!- fui interrumpida cuando el maestro me habló y todo mundo volteo

-Señorita Abadeer me podría decir la respuesta a la raíz cuadrada que estamos viendo??!-

-Es 52 profesor -el me vio con una cara de asombro y me dejó en paz

Siguió el día pero aún me rondaba en la cabeza la apuesta de Lumpy si Bonnibel me aceptaría, no podía resolverlo.