18 días atrás.

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Se pasaron dos semanas desde el día del parque. De nuevo estaba sentada frente al televisor, esperando su llegada, me había enviado un mensaje diciendo que tenía una sorpresa para mí.

En la espera, me adentré a mis pensamientos, y a esa dichosa respuesta que no salía de mi cabeza: "Lo mío con ella no funcionaría jamás, perdón por alejarme de ti, prometo que de ahora en adelante, nadie ni nada cambiará esta amistad", me había dicho. Esto me dejó muy alegre, aunque no puedo dejar de admitir que lo que más deseo es tener algo más que su amistad.

Volví a la realidad al escuchar el tan esperado sonido del timbre, salí y cerré la puerta con llave, para perderme en la ciudad junto con él.

Treinta minutos después, me pidió que cierre los ojos, lo hice, al abrirlos no pude evitar sacar una sonrisa, estábamos en un parque temático, un parque con botes. Se apresuró y pidió al boletero dos entradas.

Ya dentro del bote le agradecí mil veces por llevarme a un lugar tan bonito, él sólo sonrió y se puso a remar. El sol estaba radiante, podía sentir el viento fresco chocar contra mis mejillas, pero lo más agradable era estar a su lado.

Entretenida, como siempre, en mis pensamientos, no sentí cuando el bote había frenado, "¿por qué se detuvo?", pregunté, al darme cuenta que no respondía, giré a verlo, estaba sentado contemplando el bello paisaje, el sol hacía que sus ojos color miel resaltaran aún más, dándole una característica de coloración algo verde. Me acerqué aún más a su lado y posé mi cabeza sobre sus hombros. Desearía que este día no termine jamás, pensé, intentando retener el tiempo.

Irreversible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora